porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.

1 Timoteo 6:10

EL MAYOR ENGAÑO EN EL MUNDO

Ver serie: Meditaciones

Tener el mejor carro, la mejor casa en una ubicación única, gozar de una tarjeta de crédito sin límite es lo que creemos que nos da felicidad en este mundo. Cuando hacemos conexión entre la felicidad y el dinero en este mundo, nos llenamos de muchos males. Es más triste como hoy desde los pulpitos se escucha que la buena relación con Dios solo depende de las riquezas materiales y realmente este es un mensaje que condena en el infierno eterno.

Jesús, por amor a nosotros, nunca sirvió a dos señores, por esto dijo «Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.» (Mateo 6:24). Es por esto que Dios ha acreditado a nosotros una actitud perfecta con respecto al dinero. También hoy somos perdonados de nuestro pecado de la codicia. Jesús mismo venció al padre de la codicia en la cruz. Colosenses 2:15 nos dice: «y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.» Solo por Jesús, el Espíritu Santo, obra en nosotros el deseo de ver y usar el dinero en una manera que esté de acuerdo con la voluntad de Dios, mayormente para tener el pan necesario, dar nuestras ofrendas para que otros puedan conocer la Palabra de Dios y ayudar al que lo necesita. También lo podemos usar para divertirnos, pero con cuidado para no llegar a excesos. ¡Qué el Espíritu Santo nos conceda esto a cada uno de nosotros! Amén.

Oración:

Señor proveedor permite que el Espíritu Santo nos dé el don de la conformidad para dar Gloria a tu nombre por los méritos de Jesús. Amén.

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No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres. 1

Corintios 15:33

BUENAS CONVERSACIONES

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Fui invitado por un grupo de amigos a compartir con ellos, puesto que llevábamos años sin vernos. Muy amena la conversación de los recuerdos que teníamos, pero de un momento a otro estaba metido en una conversación no muy adecuada para mí como cristiano porque terminé riéndome de chistes sexuales y contenido no muy apropiado. Decidí irme pronto para casa puesto que vi que no había control de la situación, pero ya había pecado en contra de Dios y el prójimo. Es evidente que la carne que nos lleva a ofender a Dios y que realmente merecemos ser enviados al infierno eterno.

Mientras iba a casa confesé mi pecado y di gracias a Dios por Jesucristo quien siempre habló de manera santa por mí. Él usaba su boca solo para enseñar la Palabra de Dios y para orar, como lo enseña en Mateo 6:9: «Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos.» Jesús, por amor a nosotros, y para poder acreditarnos su santidad, nunca estuvo en medio de una conversación pecaminosa. Por su sangre derramada en la cruz fui perdonado de mi pecado al igual que ustedes. Pero también me dolió pecar en contra de Dios porque olvidé el precio del perdón de mi pecado, como está escrito: «fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación.» (1 Pedro 1:18-19). Es por esto que el Espíritu Santo nos hace querer alejar de estas malas conversaciones y mantiene viva nuestras buenas costumbres dedicadas al estudio de la Palabra de Dios y la oración. ¡Qué el Espíritu Santo nos conceda esto a cada uno de nosotros! Amén.

Oración:

Espíritu Santo haz que siempre salga de nuestras bocas palabras para Glorificar a nuestro Padre en los cielos por los méritos de Jesús. Amén.

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El que roba, no robe más, sino más bien que trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, a fin de que tenga qué compartir con el que tiene necesidad. 

Efesios 4:28

AMEMOS LA HONESTIDAD EN EL USO DE LOS BIENES

Por naturaleza a nosotros, los seres humanos, nos gusta vivir cómodamente sin tener que trabajar duro o durante muchas horas y es donde somos presa fácil para el pecado de robar. Empezamos a maquinar como quedarnos con las propiedades, las pertenencias de los demás y este pecado, en contra del séptimo mandamiento Dios, lo castiga en el infierno eterno.

El Espíritu Santo nos da el deseo, por gratitud a Dios de vivir bajo este versículo para el día de hoy, es decir, no robar, que amemos el trabajo que nos corresponda y el preocuparnos por las necesidades de los demás. Esto es logrado por la motivación de estar conectados a la obra de Cristo quien, como nuestro sustituto ante Dios, siempre cuidó las posesiones de los demás. Lo enseña Lucas 8:3 y otras muchas mujeres que le servían de sus bienes. Jesús siempre usó estas ofrendas para la expansión del evangelio y lo hizo cumpliendo el séptimo mandamiento perfectamente por nosotros. También estamos conectados a la muerte de Cristo, «en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.» (Colosenses 1:14), y al ser perdonados de nuestros pecados, en amor a Dios, vamos a querer cuidar las posesiones de los demás. ¡Qué el Espíritu Santo nos conceda esto a cada uno de nosotros! Amén.

Oración:

Señor, permite que el Espíritu Santo ponga en mi corazón el deseo de cuidar las posesiones de los demás. Lo pido en el nombre de Jesús. Amén.

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Pues aún sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres.

Romanos 1:26-27

EL PERDÓN A LA HOMOSEXUALIDAD

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El mundo está confundiendo a las personas haciendo ver el pecado como si fuera algo de cultura. Quiero decir con esto que, cuando algo está de moda, todas las personas lo empiezan hacer, así como en las redes sociales lo que conocemos como los retos que empiezan hacer los seguidores de las mismas, esto mismo pasa con la homosexualidad. Esto no es una enfermedad, no es algo cultural, es pecado en contra del sexto mandamiento y merece ser castigado en el infierno y es por esto que aun la Biblia trata este tema como en los versículos para hoy.

¿Hay perdón de pecados frente a la homosexualidad? La Biblia nos dice que sí. Jesús cumplió perfectamente el sexto mandamiento por nosotros y aun por los que practican este pecado al nunca ni desear acostarse ni con mujeres ni con varones fuera del matrimonio y también al mostrar su entendimiento perfecto de la voluntad de Dios al respecto al decir claramente que el matrimonio es entre un hombre y una mujer: «¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo?» (Mateo 19:4), y también fue a la cruz para pagar el castigo por este pecado: «Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira» ( Romanos 5:9.)

El Espíritu Santo obra el deseo en los creyentes, por gratitud a Dios de dejar ese pecado atrás y en amor al sacrificio de Cristo vivir decentemente, viendo la voluntad de Dios al respetar la creación siendo hombre o mujer y teniendo vida matrimonial entre un hombre y una mujer. ¡Qué el Espíritu Santo nos conceda esto a cada uno de nosotros! Amén.

Oración:

Señor Santo aleja de nosotros todo pecado en contra de la carne y que nuestra vida te agrade por los méritos de Cristo guiados por el Espíritu Santo. Amén.

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Es muy grato dar la respuesta adecuada, y más grato aún cuando es oportuna.

Proverbios 15:23 NVI

EL ENTENDIMIENTO EN LA COMUNICACIÓN

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