¡El regalo de la renovación! | martes 31 de diciembre 2024

17 Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo! 18 Todo esto proviene de Dios

—2 Corintios 5:17-18.

(Lectura de la Biblia en tres años: Ezequiel 30, 1 Pedro 3:16–22)

¡El regalo de la renovación!

 

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¡Bueno, lo logramos! Cuando el reloj marque la medianoche y la bola caiga, habremos sobrevivido 2024, ¡un año como ningún otro! Con todo lo que ha sucedido, tal vez estés diciendo con voz más alta que en previos años: “¡Querido Dios, fuera con lo viejo! ¡Que entre lo nuevo! “

Ah, este es el último regalo que quiero que saques y disfrutes en este último día de 2024: el regalo de la renovación. Verás, nuestro Dios está en el negocio de la renovación. Él está en el negocio de tomar cosas viejas, gastadas, ya en descomposición y hacerlas nuevas … ¡y mejores que nunca! Eso es lo que dice Pablo. “Si alguno está en Cristo, es una nueva creación. Lo viejo se ha pasado, ha llegado ya lo nuevo”. Nuevo es un adjetivo que se encuentra en el corazón del evangelio. “Yo hago nuevas todas las cosas”, dice Jesús.

¡Qué regalo para ti y para mí este día y todos los días! Como dije, aquí estamos al final de un año como ningún otro con quizás algunas más tristezas y preocupaciones que años anteriores. Aquí estamos mirando hacia atrás a algunas alegrías y éxitos, pero también a algunos remordimientos y errores. Aquí anhelamos dejar atrás el pasado, comenzar de nuevo, y no solo ser nuevos sino ser mejores. Dios nos concede el anhelo de nuestro corazón. Él nos dice: “¡En mi Hijo Jesús, les he dado un nuevo nacimiento en una esperanza viva a través de su resurrección de entre los muertos! ¡En Cristo tienes un nuevo comienzo no solo al final del año, sino cada mañana! Cada día tu pizarra queda limpia a través de tu fe en la sangre de Jesús. Tus pecados del 2024, todos, han sido perdonados en Cristo, y tus viejas actitudes pecaminosas son reemplazadas por nuevas actitudes por mi Espíritu. ¡Eres una nueva creación en Cristo!”

Que el regalo de Dios de la renovación te dé un gran comienzo a tu 2025. ¡Que la gracia renovadora de Dios te lleve hacia adelante en el camino de la paz, la esperanza, la alegría y a un año productivo pase lo que pase! Y que en este último día del año todos levantemos nuestros ojos hacia el cielo y oremos: “Ven, Señor Jesús, haz nuevas todas las cosas.” ¡FELIZ AÑO!

Oración:

Padre, Hijo y Espíritu Santo, gracias por guardarme en 2024. Perdóname todo y ven conmigo, con mis seres queridos y tu iglesia cada día de 2025, y bendícenos. Amén.

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¡El regalo del testimonio! | lunes 30 de diciembre 2024

6 Vino un hombre llamado Juan. Dios lo envió 7 como testigo para dar testimonio de la luz, a fin de que por medio de él todos creyeran. 8 Juan no era la luz, sino que vino para dar testimonio de la luz.

—Juan 1:6-8.

(Lectura de la Biblia en tres años: Ezequiel 29, 1 Pedro 3:8–15)

¡El regalo del testimonio!

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En nuestros días pensamos que una bombilla tiene un propósito, disipar la oscuridad. Pero si hoy fuera el penúltimo día de 1820 y no 2020, nuestras luces de velas y linternas no solo iluminarían, sino que arderían.

Jesús es como las luces de esos viejos tiempos. ¿No es esto lo que vemos en su pariente Juan el Bautista? ¿Qué hizo con la luz del perdón encendida en su corazón? Él dio testimonio de la luz, para que por medio de él todos creyeran”, y creyendo, tengan vida eterna. Juan no pudo evitarlo. La luz del perdón en su Salvador encendió su corazón con amor por su Salvador y por todas las personas. Para Juan, dar testimonio de Cristo era en sí mismo un gran regalo de Dios para él. Juan amaba y quería servir a Jesús. Amaba lo que Jesús amaba. Amaba a las personas y deseaba darles lo que más necesitaban y les beneficiaran: el conocimiento de Cristo.

¿El fuego arde en ti? ¿Quieres compartir el mejor regalo que hay – el Hijo de Dios? ¡Seguro sí! ¡Yo también! Amamos y queremos servir a Jesús. No queremos ver a nadie ir al infierno. Nos sentimos muy honrados de ser instrumentos de la salvación de Dios. Pero testificar de Jesús no es fácil. Cristo mismo prometió que las personas, especialmente las más cercanas a nosotros, nos odiarían por nuestro testimonio de él. A veces, el miedo de causar una ruptura en una relación domina nuestro amor. A veces, nos sentimos inseguros de qué decir. Cuando eso suceda, deja que esto encienda el fuego en ti: Recuerda, Jesús es tu luz. Su amor por ti arde y nunca disminuirá debido a alguna debilidad en ti. De hecho, su amor lo quema todo. Como tu luz, Cristo siempre está contigo y siempre te ayudará. ¡Siempre! Jesús no es solo tu luz, él es la luz, no tú. Eso significa que la salvación de nadie depende de ti sino todo de él. Simplemente dile a alguien con quien te sientas cómodo sobre la esperanza y el gozo que tienes en Jesús. Finalmente, piensa en esto: un día en el cielo alguien se acercará a ti y te dirá: “Gracias por compartir a Jesús conmigo. Estoy aquí en parte por ti”.

¡Ahora, ve e ilumina el mundo que Dios ha puesto a tu alcance! Da tu testimonio de Cristo. ¡Ese es tu regalo!

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Oración:

Precioso Salvador, Dios mío se encarnó por mí. He visto tu gloria. Dame este regalo hoy: muchas oportunidades en 2025 para compartir tu gloria salvadora. Amén.

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¡El regalo de la fe! | domingo 29 de diciembre 2024

 

11 Vino a lo que era suyo, pero los suyos no lo recibieron. 12 Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios.

—Juan 1:11-12.

(Lectura de la Biblia en tres años: Ezequiel 28, 1 Pedro 3:1–7)

¡El regalo de la fe!

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Probablemente no lo pensaste cuando despertaste esta mañana. Seré honesto, yo tampoco. Pero, si te despertaste como yo, con la capacidad de confesar sinceramente las palabras del Credo, “Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor”, amanecimos a un milagro; ¡Amanecimos con un regalo increíble en nuestras manos! La capacidad de creer en Jesús es un milagro de primer orden y el segundo mayor regalo de Dios aparte de su Hijo. Sin el don de la fe, perdemos el don de su Hijo. Un pastor estadounidense nos ayuda a ver el regalo de la fe. Escribe sobre sus luchas de fe y cómo Dios lo ha mantenido en la fe por su palabra:

Los últimos dos años … me han dejado muy vacío. La iglesia está buscando una visión para el futuro, y yo no la tengo. La única visión que identificó el concilio, la construcción de un santuario, me resulta tan poco atractiva hoy que no veo cómo podría proveer el liderazgo y la inspiración para ello.

Señor, ten piedad de mí. Estoy tan desanimado. Me siento tan en blanco … Ten piedad, Padre. Ten piedad de mi. Tengo que predicar el domingo, y apenas puedo levantar la cabeza.

Si mi fe en Jesús, y mi afán por conocerlo y su palabra… dependieran decisivamente de mí, habría dejado de ser cristiano hace mucho tiempo.

No tengo ninguna duda sobre esto. Si la causa decisiva de mi fidelidad a Cristo… debe venir de mí, no vendrá, porque no está allí. Por lo tanto, estoy asombrado de que todavía soy cristiano y amo el ministerio. [Es solo un acto de la gracia y misericordia de Dios a través de su palabra lo que me ha guardado].

¡Ves qué maravilloso regalo es nuestra fe! Como el pastor, nuestro instinto natural es como el del mundo. Jesús vino a los suyos, pero los suyos no lo recibieron. Piensa en tus momentos de duda y desánimo, debilidad y pecado. Pero, te ha llegado la buena noticia de gran gozo: “¡No tengas miedo! ¡En la ciudad de David te ha nacido un Salvador, Cristo el Señor! Dios te ama, perdona, y te ha reclamado como su hijo e hija en él”. Con esa noticia, Dios nos ha cubierto con su misericordia y poder y nos ha capacitado a confesar: “Señor, creo”.

Oración:

Espíritu Santo de Dios te alabo por el don de mi fe en Cristo. Por medio de las buenas nuevas de mi Salvador guárdame en la verdadera fe y fortalécela. Amén.

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¡El regalo de la consideración de Dios! | sábado 28 de diciembre 2024

9 [La] luz verdadera, la que alumbra a todo ser humano, venía a este mundo.

Juan 1:4,9.

(Lectura de la Biblia en tres años: Ezequiel 27:16–36, 1 Pedro 2:17–25)

¡El regalo de la consideración de Dios!

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Fue por un aniversario, no por Navidad. Pero, un año decidí darle a mi esposa una experiencia en lugar de un objeto como regalo. Fue un crucero de sorpresa por el puerto de Nueva York. Pensé que era un regalo perfecto. Un crucero por la Estatua de la Libertad y bajo el Puente de Brooklyn con una cena de cuatro estrellas y música. Tomé cuenta del clima y elegí un día en el que estaba despejado, ¡y lo fue! El clima estaba perfecto. Todo fue perfecto … o eso pensé. ¡Tonto! Nunca consideré que 19 años antes, durante nuestra luna de miel, mi esposa se había enfermado en un barco. Entonces, sí, ¡lo que pensé que era un regalo perfecto resultó ser uno miserable! Ella después me dijo: “Mi amor, gracias por el esfuerzo, pero estoy decepcionada porque esto demostró que realmente no lo pensaste bien”.

¡Afortunadamente, nuestro Dios no comete errores como ese! Nos conoce perfectamente. Él conoce todas nuestras dudas, debilidades, gozos, tristezas y pecados. Conociéndonos perfectamente y amándonos desde la eternidad, planeó cuidadosamente el regalo perfecto para satisfacer todas nuestras necesidades, ¡y lo es! Jesús es el regalo perfecto. Pero lo que él representa es el regalo que quiero que saquemos y disfrutemos hoy: la consideración de Dios hacia nosotros, su cuidadosa consideración de cada una de nuestras necesidades y su plan meticuloso para satisfacer perfectamente cada una.

Juan nos hace pensar en la consideración que Dios tiene de nosotros cuando nos dice que Jesús era “la luz que venía a este mundo”. Cuando Juan dice que la luz “venía”, nos recuerda que Jesús fue el plan de Dios desde el principio. Jesús fue el cumplimiento del plan cuidadosamente pensado de Dios para satisfacer todas nuestras necesidades como pecadores caídos.

Esa consideración es un regalo asombroso en si mismo. Piensa lo que significa: Dios sabe precisamente que pecadores somos, pero quiere que estemos con él en la gloria de todos modos, y pues planea el regalo perfecto para lograr esa meta. Él sabe lo que le va costar ese regalo: su propio Hijo. ¡Pero él dará lo que sea por tenernos! Entonces, cuando llega el momento de dar este regalo costoso, no se arrepiente. Él sigue adelante, ¡porque solo está pensando en ti!

¡Ama y agradécele a tu Padre, no solo por un buen esfuerzo sino por un regalo perfectamente considerado!

Oración:

Padre celestial, cada vez que considero tu Hijo tengo que decir, “¡Que regalo! Es perfecto! Gracias por considerarme tanto. Amén.

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¡El regalo del Verbo encarnado! | viernes 27 de diciembre 2024

En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios…14 Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros.

—Juan 1:1,14.

 

(Lectura de la Biblia en tres años: Ezequiel 27:1–15, 1 Pedro 2:11–16)
¡El regalo del Verbo encarnado!

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Una Navidad, un padre decidió comprarles a sus hijos un gran regalo. Era un hermoso juego de columpios con dos columpios, un banquito, un tobogán, barras y anillos para colgar. Cuando llegó la caja y vio todo lo que tenía que hacer para armarlo, gritó: “¡Nunca más!” “El próximo año los únicos juguetes que voy a comprar serán los que digan ‘No se requiere ensamblaje'”.

Lástima que mucho del trajín que viene con las fiestas navideñas causa que nos sintamos así de la Navidad: “¡Nunca más! ¡Me alegro de que la Navidad viene solo una vez al año!” Es una pena porque la Navidad no termina el 26 de diciembre. Apenas comienza. La Navidad dura doce meses. Más importante aún, ¡la grandeza de los regalos de Dios envueltos en Jesús es motivo de celebración sin cesar! Pues, eso es lo que vamos a hacer esta primera semana de Navidad y la última semana de nuestro año civil. ¡Vamos a celebrar y disfrutar los dones de Dios que todos recibimos y que disfrutaremos para siempre!

El primer regalo que quiero que saques y disfrutes es simplemente este: Dios se hizo humano. No aprecié completamente el milagro del Verbo haciéndose hombre hasta que tuve mis propios hijos. Cuatro veces he tenido la alegría de cargar en mis brazos a hijas recién nacidas. Cada una era tan pequeña. Cada vez pensaba, “Querido Señor, gracias por este regalo de 3.5 kilos.” Luego pensé: “Casi no lo puedo creer todavía. Tú, Señor, que me tejiste en el vientre de mi madre, fuiste así. ¡María te envolvió en pañales a ti que cubriste el universo de estrellas! ¡Guau!” Luego, hay que pensar. ¡Dios realizó este milagro para ti y para mí! ¿Quiénes somos para que Dios haga esto por nosotros? No siempre apreciamos ni los regalos como la familia, y mucho menos el regalo de su Hijo. Pero, ¡aquí está la grandeza del regalo! En esta palabra de Juan, Dios se pone en tus brazos y dice: “Aquí estoy, tu regalo de 3.5 kilos, tan pequeño, tan humano, pero sin pecado. ¡Aquí viene para redimirte y darte el derecho de ser hijo e hija de Dios!”

Oh, arrodíllate y adóralo: “Querido Dios, gracias por este regalo de 3.5 kilos que eres tú!”

Oración:

Precioso Jesús, para mí todos los días son Navidad. ¡Tú eres mi regalo! Ahora, concédeme tu Espíritu Santo para que pueda apreciarte más y más. Amén.

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¡La alegría Navideña en una botella! | jueves 26 de diciembre 2024

3 Y apareció en el cielo otra señal: un enorme dragón…Cuando la mujer estaba a punto de dar a luz, el dragón se plantó delante de ella para devorar a su hijo tan pronto como naciera. 5 Ella dio a luz un hijo varón que «gobernará a todas las naciones con puño de hierro». Pero su hijo fue arrebatado y llevado hasta Dios, que está en su trono. 6 Y la mujer huyó al desierto.

—Apocalipsis 12:3-6.

(Lectura de la Biblia en tres años: Ezequiel 26, 1 Pedro 2:1–10)

¡La alegría Navideña en una botella!

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Todas las noches mi familia se reúne para una devoción. Una noche, una de mis hijas se me subió y dijo algo que no vi venir: “¡Papá, estoy tan orgulloso de ti!”

No sé de dónde vino eso, pero para mí fue uno de “esos momentos”. Sabes de cuáles estoy hablando, ¿sí? Esos momentos invaluables de alegría que solo quieres atrapar en una botella.

Si te preguntara cuál sería la mejor manera de embotellar la alegría navideña, ¿qué dirías? Escucha lo que un niño dijo: “Visita al niño Jesús de nuevo”. ¡Por supuesto! ¡La mejor manera de embotellar el gozo de la Navidad sería volver de alguna manera para ver nacer a nuestro Salvador!

El apóstol Juan nos deja hacer eso. De hecho, nos hace ver el nacimiento desde la perspectiva del cielo. ¡Pero espera! ¡Esto no parece alegría sino terror en una botella! ¿Dónde están los pastores, las ovejas, los ángeles? ¡Solo está el Godzila! Un terrible dragón rojo de fuego que quiere comerse al bebé en cuanto da a luz y matar a la madre. Toma en cuenta la mujer no es solo un símbolo de María, sino la Iglesia cristiana, que nos incluye a ti y a mí. Esta es una imagen de cuanto Satanás nos odia y quiere destruirnos. Corremos, pero no podemos escondernos. Huimos al desierto de este mundo donde el diablo y sus fuerzas nos cazan con sus tentaciones y acusaciones. ¡Diariamente nos hieren!

¿Dónde hay alegría navideña en esta visión para embotellar? ¡Prepara tu botella! Aquí está: De todos los records del nacimiento de Cristo, ningún otro nos muestra a un Dios santo viniendo a un mundo pecador y hostil para salvarnos del pecado y de Satanás tan vívidamente como este. Quizás más que cualquier otra escena del nacimiento, esta escena nos mueve a decir: “Tú, Dios mío, vienes con tanta humildad solo para rescatarme de mi muerte y condenación y del poder del diablo”. Esta perspectiva celestial del nacimiento de Jesús anuncia el don del amor que es pura alegría en una botella: “Tanto amó Dios al mundo y, por tanto, te amó a ti, que dio a su unigénito Hijo”.

¡Embotella esa alegría y, por supuesto, destápalo todos los días y regocíjate en Dios, tu Salvador!

Oración:

Señor Jesús, ves con qué intensidad Satanás me odia y me acosa. Ves lo débil que soy. Por favor, llévame a un lugar seguro. Perdóname. Protégeme. Mi esperanza y alegría están en ti. Amén.

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¡La alegría contagiosa! | miércoles 25 de diciembre 2024

15 Cuando los ángeles se fueron al cielo, los pastores…fueron de prisa y encontraron a María y a José, y al niño que estaba acostado en el pesebre. 17 Cuando vieron al niño, contaron lo que les habían dicho acerca de él

—Lucas 2:15-17.

(Lectura de la Biblia en tres años: Ezequiel 24:15–25:17, 1 Pedro 1:18–25)

¡La alegría contagiosa!

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No tengo que hablarte a ti que pasamos por la pandemia.

Pero muchas cosas, no solo el virus, son contagiosas. Los bostezos son contagiosos. Probablemente lo sabías. Otras cosas más sorprendentes que no sabías también son contagiosas. ¿Sabías que sentir frío y subir de peso es contagioso? ¡Sí, puedes contagiarte con escalofríos y kilos!

¿Sabes qué es tan contagioso como cualquier virus? ¡La alegría! ¡Escucha aquí, especialmente, la alegría cristiana! Podemos ver la alegría contagiosa en la Nochebuena. Cuando el ángel nos dio las buenas nuevas de gran gozo de que nos había nacido un Salvador, y el ejército celestial gritó con alegría: “¡Gloria a Dios en las alturas!” la alegría celestial se regó rápidamente. Los pastores se levantaron de un salto y corrieron a ver lo que había sucedido, lo que el Señor les había dicho. Cuando encontraron a María, José y el bebé, miraron dentro del pesebre y vieron el plan de Dios para redimirlos envueltos en una diminuta carne, sus corazones dieron un brinco y saltaron de alegría, y no podían contenerla. ¡Tocaron a todas las puertas de Belén y difundieron las buenas nuevas!

 

Es el día de Navidad. Tal vez, estés sintiendo la alegría de pasar tiempo con tu familia. Pero quizás no. Quizás el día de Navidad sea triste para ti, porque no estás con alguien a quien quieres. Quizás, el día de Navidad es triste porque te das cuenta de que el mundo todavía está roto y tú también a causa del pecado. Déjame contagiarte con alegría. Si tienes un nacimiento cerca, mira la figura del niño Jesús en el pesebre y vuelve a escuchar la buena noticia de gran gozo: Hoy en la ciudad de David te ha nacido un Salvador. Para ti, tú que una vez estuviste perdido, tú que una vez estuviste muerto, Jesús te ha nacido y eres encontrado, estás vivo. ¡Estás perdonado y reconciliado con Dios a través del niño Jesús!

Que te contagies con esa alegría y contagia a otros. Comparte las buenas nuevas con las personas que amas. Diles de la alegría que tienes porque conoces a Jesús. Te prometo, el gozo es tan contagioso que seguro volverás a sentirlo cuando veas a alguien que te importa creer en Cristo, la fuente de toda alegría. ¡FELIZ NAVIDAD!

Oración:

Querido Jesús, no siempre estoy feliz, pero hoy es la Navidad. Has nacido por mí. ¡Mi corazón salta de alegría! ¡Mis labios hablan tu alabanza! ¡Que otros se contagien con lo que tengo! Amén.

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¡Regocijad! ¡Jesús nació! | martes 24 de diciembre 2024

El ángel les dijo: «No tengan miedo. Miren que les traigo buenas noticias que serán motivo de mucha alegría para todo el pueblo. 11 Hoy les ha nacido en la Ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor. 12 Esto les servirá de señal: Encontrarán a un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre».

—Lucas 2:10-12.

(Lectura de la Biblia en tres años: Ezequiel 24:1–14, 1 Pedro 1:13–17)

¡Regocijad! ¡Jesús nació!

 

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Esta semana María nos mostró que la alegría es una emoción revolucionaria. Es una revolución que se produce en contra de la duda y la tristeza. Pero la alegría no es solo revolucionaria. Es necesaria. La alegría es una emoción que fue creada para ser experimentada por nuestros corazones.

La alegría. Es un regalo que todos podríamos usar más ¿sí o no? Sé que María y José serían los primeros en decir: “¡Amén!” ¿Cuáles fueron las noticias que condujeron al nacimiento de su hijo? Por un lado, el censo de César del imperio romano. Pero, ¿cuál fue el propósito del censo? ¿Venía un gran impuesto? ¿Una guerra? Tanta incertidumbre. Había grupos de fanáticos políticos que provocaban derramamiento de sangre y caos. ¡Tanta ira y división por la política! Allí estaba el odiado rey judío, Herodes el Grande. Incluso César Augusto dijo que era mejor ser el perro de Herodes que su hijo. Este loco paranoico asesinó a su esposa y a sus tres hijos. ¡Que miedo! Luego, estaba la siguiente situación: Pobres María y José, tratando desesperadamente de encontrar un lugar limpio y seguro para tener a su milagroso bebé. Pero, persona tras persona los rechazó. ¡Tanto estrés, angustia y dolor!

Sí, los días antes de la primera Navidad fueron un revoltijo de emociones, ninguna de las cuales era alegría. Tal vez, los días antes de esta Navidad han sido un mismo revoltijo de emociones para ti. Quizás estés diciendo, “¡Ay, me siento tan ansioso! Hay tanta ira y división a mi alrededor, y yo también me siento enojado. Lo intento, pero no logro dominar mi propio miedo, locura y pasiones. ¡Y este año, oh Dios mío, me ha traído tanto estrés y pena! ¡Ay, por un poco más alegría en mi vida! “

Buscas la alegría. Necesitas la alegría. Pues, aquí está, y ¡no un tantito de alegría, sino gran alegría! ¡Hoy en la ciudad de David, te ha nacido un Salvador! ¡Él es Cristo, el Señor! Llegó el momento. Dios te envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley para redimirte bajo la ley. La alegría encarnada te espera. ¡Corre! ¡Ve a verlo! Está acostado en un pesebre: ¡tu perdón, tu esperanza, tu paz, tu amor, tu cielo! ¡Regocíjate! ¡Jesús nació! ¡FELIZ NAVIDAD!

Oración:

Amado Padre, en esta noche santísima me diste mi mayor regalo: tu Hijo, Cristo el Señor. Lo veo en el pesebre. ¡Mi corazón está lleno de asombro, adoración y alegría! Amén.

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Alegría revolucionaria – ¡Viva la revolución! | lunes 23 de diciembre 2024

46 Y María dijo: —Engrandece mi alma al Señor; 47 y mi espíritu se alegra en Dios, mi Salvador [porque]… 54 Ayudó a Israel, su siervo, para acordarse de la misericordia, 55 tal como habló a nuestros padres.

—Lucas 1:46-47; 54-55.

(Lectura de la Biblia en tres años: Ezequiel 23:23–49, 1 Pedro 1:3–12)

Alegría revolucionaria – ¡Viva la revolución!

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¿Cómo lo hizo? ¿Cómo se rebeló María? ¿Cómo una adolescente pudo levantar y arrojar a un lado al gorila de 400 libras de duda y tristeza como si tuviera 4 onzas? Nota algo importantísimo de la canción de María. Es en gran parte un collage de versículos de la Biblia. En 10 versículos, María cita directamente o alude a las escrituras de Génesis, Éxodo, Deuteronomio, 1 y 2 de Samuel, Job, Salmos, Isaías, Ezequiel, Habacuc, Miqueas y Sofonías. ¿Entiendes? ¡La mamá de nuestro Señor sangraba escritura! El alma de María estaba saturada de la Biblia. La palabra viva y activa de Dios corría por las venas de su alma y El Espíritu Santo, a través de la buena noticia de gran gozo que ahora crece en su seno, inspiró el revolucionario canto de fe que canta.

Estimado oyente, ¡la canción de María nos capacita que sangremos escritura! El cántico de María nos satura con las mismas poderosas Escrituras; y la palabra salvadora de Cristo del Poderoso, que cumple la promesa, penetrará hasta tu médula, saturará tu alma y espíritu, y el Espíritu Santo fomentará en ti una revolución de fe que salva almas, desafía al pecado y a Satanás.

Así que, escucha a la madre de tu Salvador decirte: “Tú que te encuentras, como yo, en un estado humilde y bajo, humillado por las circunstancias, cojeando por el dolor, encorvado por todo lo que pesa sobre ti, acosado e indefenso bajo el peso de los gorilas de 400 libras de tu pecado y el enemigo, ¡Dios te ha tenido en cuenta! ¡Se ha acordado de ti! ¡No te ha olvidado! Las Sagradas Escrituras son claras y te prometen una y otra vez: ¡El Poderoso ha hecho y sigue haciendo grandes cosas por ti, cosas que ningún ojo ha visto, ningún oído ha oído, ninguna mente ha imaginado! Mira mi vientre redondo ”, canta María. “¡Creciendo por dentro está el Niño Jesús, el propio Hijo de Dios, ¡tal como Dios lo prometió! Y tal como Dios prometió, Jesús con sus poderosas manos cicatrizadas ha arrojado a un lado al gorila de 400 libras de tu culpa y ha derribado de sus tronos el gobierno de tu pecado y del diablo “.

¡Escucha esa dulce mezcla de Escrituras! ¡Que sangres Escrituras, y viva la revolución!

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Oración:

Precioso Señor, mi alma te engrandece. Escribiste 66 cartas de amor conocidas como la Biblia para declarar tu amor por mí en Jesús. ¡Oh, cuánto amo tu palabra! Es más dulce que la miel. Amén.

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Alegría revolucionaria – alegría cuando te sientes olvidado | domingo 22 de diciembre 2024

 

46 Y María dijo: —Engrandece mi alma al Señor; 47 y mi espíritu se alegra en Dios, mi Salvador [porque]… 54 Ayudó a Israel, su siervo, para acordarse de la misericordia, 55 tal como habló a nuestros padres; a Abraham y a su descendencia para siempre.

—Lucas 1:46-47; 54-55.

(Lectura de la Biblia en tres años: Ezequiel 23:1–22, Santiago 5:14–20, 1 Pedro 1:1–2)

Alegría revolucionaria – alegría cuando te sientes olvidado

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No estaba bromeando, ¿verdad? La canción de María es la canción revolucionaria más grande jamás compuesta. El domingo vimos cómo su canción incitó a una revolución contra la duda y la tristeza cuando no entendemos lo que Dios está haciendo en nuestras vidas. Ayer, vimos cómo María incitó a la rebelión contra la impaciencia y la tristeza cuando estamos oprimidos y humillados por las circunstancias, los enemigos y nuestros propios corazones pecaminosos.

¡La revolución continúa! Hoy, el canto de María se rebela contra el sentimiento que Dios me ha olvidado. Considéralo. El profeta Miqueas profetizó que el Salvador nacería en Belén. Terminó su profecía con una oración. “Señor, serás fiel a Jacob y mostrarás amor a Abraham, como juraste a nuestros antepasados” (Miq. 7:20). El corazón anhelante de Miqueas le recordó a Dios: “¡Querido Señor, no te olvides! Le prometiste a nuestro padre Abraham que a través de su línea vendría el Salvador. ¡No olvides tu promesa! ¡No nos olvides! ” Pero, por un tiempo, pareció como si Dios se había olvidado. ¿Qué pasó con la ciudad donde vivía Miqueas? Estaba en ruinas. Pasaron uno, dos, tres, cuatrocientos años de silencio, y Dios todavía no cumplía su promesa. Parecía como si Dios se hubiera olvidado. Pero, mira cómo María termina su canción, con una revolución contra ese pensamiento. “¡Dios no se ha olvidado! ¡Dios se ha acordado de su promesa de ser misericordioso con Abraham y sus descendientes para siempre! “

A veces, puedes sentirte como si Dios se ha olvidado de ti. Oras por ayuda y sanación, pero no llega. A veces, nos sentimos abrumados por la vida: “¡No puedo soportar esto más!” ¡Y el pecar, oh, el incesante pecar! ¿Dios te ha olvidado? ¡Nunca! Pon tu mano sobre el estomago embarazado de María. ¡Dios se ha acordado de su promesa de misericordia! ¡Te envió a Jesús. Eso significa que se ha acordado de ti! En Jesús eres inolvidable. ¡Dios ha grabado tu nombre en la palma de su mano!

¡Únete a la revolución! ¡Mi espíritu se alegra en Dios, mi Salvador! ¡Se ha acordado de su promesa de misericordia! ¡Se ha acordado de mí!

Oración:

Señor, a pesar de merecer que me arrojes de tu presencia y te olvides de mi, jamás lo harás. ¡Siempre te acuerdas de mí en Cristo! Me alegro en ti, mi Dios y Salvador. Amén.

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