JESÚS NOS ENSEÑA A PEDIR LO QUE NECESITAMOS CADA DÍA | sábado 19 de octubre 2024

Ustedes deben orar así: […] Danos hoy nuestro pan cotidiano. Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores.

Mateo 6:9a, 11–12

(Lectura de la Biblia en tres años: Jeremías 30:1–9, Tito 2:1–6)

JESÚS NOS ENSEÑA A PEDIR LO QUE NECESITAMOS CADA DÍA

Ver serie: Meditaciones

Aunque el ser humano ha ofendido y sigue ofendiendo a Dios, él no nos ha tratado como lo merecemos. En vez de enviarnos directamente al infierno, nos da un tiempo de gracia para vivir en la tierra y así tener la oportunidad de salvación. En ese tiempo de gracia, él se ocupa de que no nos falte nada, independientemente de si somos malos o buenos. Tal como está escrito: ha dado a todas las naciones «lluvias del cielo y estaciones fructíferas, proporcionándoles comida y alegría de corazón.» «Él hace que salga el sol sobre malos y buenos, y que llueva sobre justos e injustos.» (Hechos 14:16,17; Mateo 5:45.) ¿Entonces por qué Jesús enseñó a pedir el pan de cada día?

En el texto de la meditación de hoy, Jesucristo enseña a pedir dos de las necesidades más importantes del ser humano: una es material, el pan; y la otra es espiritual, el perdón. Dios da el pan cotidiano sin necesidad de nuestra oración aun a todos los malos, pero suplicamos en esta petición que él nos guíe a darnos cuenta de esto y a recibir con acción de gracias nuestro pan de cada día. La petición material incluye todo lo que necesitamos para nuestro bienestar corporal, como comida, bebida, vestido, calzado, casa, hogar, campos, animales, dinero, bienes, consorte piadoso, hijos piadosos, buenos trabajadores, buen gobierno, dirigentes honestos, buenos ciudadanos, buen tiempo, paz, orden, salud, honra, amigos leales, buenos vecinos y cosas por el estilo. Pero la petición espiritual tiene que ver con nuestra condición delante de Dios. De nada nos vale tener todos los bienes si nos falta el perdón: «Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?» (Marcos 8:36,37) El perdón lo ganó Cristo con sus méritos y nos lo otorga por medio de los medios de gracia (el evangelio anunciado y los sacramentos del bautismo y cena del Señor) dados «para el perdón de pecados.» (Mateo 26:26-28; Hechos 2:38; 10:43; Lucas 1:77; 24:47).

Oración:

¡Oh Dios, Padre celestial!, fuente y origen de toda bondad, que misericordiosamente enviaste al mundo a tu Hijo unigénito, el Verbo encarnado: Te damos gracias porque en el bautismo, el evangelio anunciado y en la cena del Señor nos has dado perdón y paz; y te suplicamos que siempre dirijas nuestros corazones y nuestras mentes por tu Espíritu Santo, de modo que podamos servirte constantemente. Amén.

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