¡Tengo buen aspecto! | martes 4 de marzo 2025
(Lectura de la Biblia en tres años: Jonás 3–4, Apocalipsis 12:8–17)
¡Tengo buen aspecto!
Ver serie: Meditaciones
A veces mi mujer hace muecas cuando salgo del dormitorio por la mañana. «¿Qué pasa? ¿Esto no combina?» le pregunto. «¡No! Ni por asomo». Me responde. Esa es mi señal para darme la vuelta y volver a intentarlo.
Me pregunto cuántas veces las personas que saben que soy cristiano miran mi vida y hacen muecas porque no coincido. Es decir, lo que hago y lo que creo no siempre coinciden. Digo que soy cristiano, pero a veces otros podrían decir con razón de mi vida: «¡No! Ni de lejos».
Eso es un problema. Tú y yo necesitamos la ropa adecuada para entrar en el cielo. Es como un restaurante elegante que requiere que los caballeros lleven traje para cenar allí. Sin la ropa adecuada, no puedes entrar. Cuando se trata del cielo, nada menos que la perfección de Jesús será suficiente.
He aquí la solución de Dios: «Porque todos ustedes, los que han sido bautizados en Cristo, están revestidos de Cristo» (Gálatas 3:27). ¿Ves lo que Dios ha hecho por ti? Te ha vestido con un traje inmaculado. Te vistió con Jesús mismo en tu bautismo. Ahora mismo llevas la ropa más hermosa que jamás haya existido, hecha con los hilos de la vida perfecta de Jesús y tejida en el telar de la cruz. Tu ropa es igual a la perfección del cielo. Ahora, cuando hoy te mires al espejo, podrás decir (¡y en serio!): «¡Me veo bien!».
Oración:
Divino Anfitrión, en tu gracia me invitas a participar del gozo eterno a pesar de que no hice ningún mérito que me permita siquiera aspirar a tal honor. Siendo pecador desde el vientre de mi madre solo merezco tu ira eterna. Pero tú, en tu amor incondicional me limpias del pecado y me vistes con los méritos de tu Hijo Jesucristo. Por sus méritos soy grato, soy perfecto y sin pecado ante tu presencia. Concédeme el poder vivir consagrado a ti, en gratitud a tu inmenso amor, ser un buen administrador de los dones que me diste y ser un instrumento de tu paz, por Jesucristo tu Hijo. Amén.