¿Un poco racista? | jueves 6 de marzo 2025
(Lectura de la Biblia en tres años: Miqueas 2–3, Apocalipsis 13:5–10)
¿Un poco racista?
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Una canción del musical de Broadway Avenue Q me impactó cuando escuché su estribillo por primera vez. La letra dice que todos somos un poco racistas a veces y que todos hemos hecho juicios basados en la raza.
¿Racista? ¿Yo? Imposible. ¿O sí?
Si somos sinceros, todos somos un poco racistas. E incluso las cosas que pensamos que «no cuentan», como una pequeña broma racial o un comentario estereotipado sobre una raza concreta, han contribuido a alimentar la división y el dolor que vemos en todo el país.
Por supuesto, no queremos ser prejuiciosos, pero lo somos a causa del pecado. No es una excusa, es un hecho. Y la triste verdad es que nunca viviremos en un mundo libre de racismo y prejuicios a este lado del cielo. Reconocer nuestro pecado de racismo, sin embargo, es un paso hacia la brecha.
Hasta que el cielo sea nuestro hogar, nunca debemos dejar de cantar el eslogan de nuestro país de «libertad y justicia para todos». Es un eslogan que nuestro Padre celestial escribió mucho antes que nuestros antepasados constitucionales: «Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer, sino que todos ustedes son uno en Cristo Jesús» (Gálatas 3:28).
Anhelo el momento en que por fin pueda experimentar lo que el apóstol Juan imaginó en el Apocalipsis: «Después de esto vi aparecer una gran multitud compuesta de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas. Era imposible saber su número. Estaban de pie ante el trono, en presencia del Cordero» (7:9).
Una cosa es cierta: Dios no es racista, ni siquiera un poco.
Oración:
Rey del Universo, tú no haces acepción de personas y en tu reino eterno te adoran personas procedentes de todas las naciones, tribus, pueblos, y lenguas. Concédeme un corazón semejante al tuyo de modo que yo ame a mi prójimo y que no me lo impida su raza, color de piel, condición económica, social, política, religiosa, ni intelectual, por Jesucristo tu Hijo. Amén.