21 de Agosto 2024

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(Lectura de la Biblia en tres años: Isaías 38, Colosenses 1:15–17)

EL ISRAEL DE DIOS

Así dice el Señor omnipotente, el que reúne a los desterrados de Israel: «Reuniré a mi pueblo con otros pueblos, además de los que ya he reunido.»

Isaías 56 8.

Nuestro viejo Adán tiene la tendencia a interpretar mal las cosas. Por eso es importante no sacar conclusiones inmediatas sin primero examinar detenidamente la información que recibimos. La gente de Israel, especialmente sus líderes, han tropezado muchas veces con este problema. Para no dejarlos con su error, Dios les ha enviado varias veces, profetas y maestros que les aclaren las cosas. Finalmente envió a Jesucristo. lastimosamente prefirieron seguir errados. Lo terrible de este problema es que también muchos cristianos han sido contaminados con la falsa doctrina. Uno de estos errores tiene que ver con el significado de la expresión «el Israel de Dios».

De la lectura sacada de contexto de algunos pasajes de la Escritura, se afirma erróneamente que el «Israel de Dios» es la totalidad de los judíos practicantes, a los que Dios agrega gentiles cristianos. A simple vista parece ser cierto. Pero el error consiste en creer que todo hijo de Abraham, israelita, y judío es parte del Israel de Dios. La Biblia es clara: «Lo exterior no hace a nadie judío, ni consiste la circuncisión en una señal en el cuerpo. El verdadero judío lo es interiormente; y la circuncisión es la del corazón, la que realiza el Espíritu, no el mandamiento escrito. Al que es judío así, lo alaba Dios y no la gente […] no todos los que descienden de Israel son Israel. Tampoco por ser descendientes de Abraham son todos hijos suyos.» (Romanos 2 28 al 29; 9 6 al 7). Entonces ¿Qué es el Israel de Dios?

El Israel de Dios es el conjunto de hebreos y gentiles que viven en comunión con Dios gracias a los méritos de Cristo. Un judío evidencia que no es parte del Israel de Dios cuando desprecia a Cristo como Mesías, Salvador y Dios. Nosotros, que venimos de los gentiles, somos parte del Israel de Dios solamente gracias a los méritos de Cristo, quien como nuestro sustituto obedeció perfectamente la voluntad de Dios y murió por nosotros pagando nuestro pecado. En gratitud vamos a querer apreciar la bendición de ser parte del Israel de Dios.

Oración:

Señor, confieso que por mi propia razón o elección no puedo creer en Jesucristo, mi Señor, ni acercarme a él. Sino que el Espíritu Santo me ha llamado mediante el evangelio, me ha iluminado con sus dones, me ha santificado, me hizo parte del Israel de Dios y me ha guardado en la fe verdadera. De la misma manera llama, congrega, ilumina y santifica a toda la iglesia cristiana en la tierra, y en Jesucristo la conserva en la verdadera fe. En esta iglesia cristiana, él me perdona completamente a mí y a todos los creyentes todos los pecados. Y en el último día me resucitará a mí y a todos los muertos. Y nos dará vida eterna a mí y a todos los que creen en Cristo. Esto es ciertamente la verdad. Por eso estoy agradecido pues grande es tu misericordia. Amén.

 

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