Dotados para la gloria de Dios | martes 4 de febrero 2025
(Lectura de la Biblia en tres años: Daniel 7:12–28, Judas 24–25)
Dotados para la gloria de Dios
Ver serie: Meditaciones
Has sido dotado para la gloria. La palabra gloria significa que alguien o algo te hace exclamar: “¡Vaya!”. Un amanecer, un recién nacido o el amor de Jesús pueden provocar en ti un instintivo “¡Vaya!”. Eso es la gloria.
Según el apóstol Pedro, has sido dotado para la gloria. El objetivo de tus habilidades y talentos es hacer que otras personas piensen en Dios y digan: “¡Vaya!”. “Ponga cada uno al servicio de los demás el don que haya recibido, […] para que Dios sea glorificado en todo por medio de Jesucristo” (1 Pedro 4:10,11). Fíjate en las palabras, “en todo”. Cualquiera que sea tu don, el propósito es la alabanza de nuestro Señor.
Porque cuando usas tu don, las personas tienen una visión de Dios. Cuando tu sonrisa, energía y cálida bienvenida hacen que un invitado en tu iglesia se sienta como en casa, eres una muestra de la bondad de Dios. Cuando tus palabras animan, enseñan y mantienen a tus hijos en el camino correcto, eres una imagen de la sabiduría paternal de Dios. Cuando trabajas duro, terminas el proyecto y te niegas a rendirte a pesar de los obstáculos, eres un destello del Salvador que fijó sus ojos en la cruz y no se rindió hasta gritar: “¡Consumado es!”.
Reflexiona sobre cómo tus dones podrían dar a otros una pequeña idea de lo asombroso que es nuestro Dios. Mientras estás meditando, piensa en las personas en tu vida que están usando sus dones para ayudarte a recordar lo glorioso que es nuestro Salvador.
Porque la gloria de Dios es el objetivo de todo don.
Oración:
Padre de Gloria, Tú mandaste que en nuestros corazones resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo para la iluminación del conocimiento de la gloria de Dios. Ese resplandor glorioso que es Cristo en la cruz para nuestra salvación vino a mí en el evangelio, la buena noticia de la salvación disipando mis tinieblas y llenándome de la luz eterna. Concédeme crecer en la verdadera fe y el conocimiento de tu Palabra, para que transformado de gloria en gloria, brille Cristo en mí para la gloria de Dios. Amén.