EL ESPIRITU SANTO NOS LLEVA A SUFRIR EL AGRAVIO | martes 17 de septiembre 2024

Casí que, por cierto es ya una falta en vosotros que tengáis pleitos entre vosotros mismos. ¿Por qué no sufrís más bien el agravio? ¿Por qué no sufrís más bien el ser defraudados?  

1 Corintios 6:7

EL ESPIRITU SANTO NOS LLEVA A SUFRIR EL AGRAVIO

Ver serie: Meditaciones

Pablo escribió esta carta a un grupo de creyentes, la congregación de los corintios. Les llamó santos por los méritos de Cristo. Estos santos, que también son pecadores, tenían serios problemas en su congregación y uno de estos eran las dificultades que tenían entre ellos mismos por varias causas. Podemos entender estos problemas porque, tal vez, los hemos vivido en nuestras congregaciones al hacer negocios con otros hermanos, al pedir dinero prestado o al realizar un trabajo personal. Pero necesitamos reconocer nuestro pecado en contra del quinto, séptimo, octavo, noveno y décimo mandamientos, porque cuando tenemos problemas en nuestra congregación por cuestiones materiales, no hemos sido sabios y tendemos a dividir nuestra congregación por nuestra avaricia.

El Espíritu Santo nos ayuda a aplicar este versículo bíblico en nuestras vidas, y esto por amor a nuestro hermano en la fe y por amor al nombre de Cristo quien nos amó, como lo enseña Juan 13:1: «Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin». El amor de Jesús le llevó a dar la vida por nosotros al decir que iba a pasar del mundo al Padre. Lo hizo al ser crucificado, muerto y sepultado para darnos el perdón de nuestro pecado en contra del hermano en la fe. También, nos dice este pasaje que nos amó hasta el fin, es decir este amor perfecto de Él, lo vivió como nuestro sustituto para que hoy nuestro Padre nos vea santos por los méritos de Cristo. Es por el mismo Espíritu Santo que nosotros, en medio de los problemas, los vamos a querer solucionar sufriendo el agravio, el ser defraudados por el amor del alma del hermano. ¡Qué el Espíritu Santo nos conceda esto a cada uno de nosotros! Amén.

Oración:

Padre de Amor, por medio del Espíritu Santo, concédenos el amor ágape para darlo a nuestros hermanos en el nombre de Jesús. Amén.

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