EL MÉRITO DE SOLO CRISTO Y SOLO PARA LA GLORIA DE DIOS | jueves 31 de octubre 2024

En presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de venir en su reino y que juzgará a los vivos y a los muertos, te doy este solemne encargo: Predica la Palabra; persiste en hacerlo, sea o no sea oportuno; corrige, reprende y anima con mucha paciencia, sin dejar de enseñar. Porque llegará el tiempo en que no van a tolerar la sana doctrina, sino que, llevados de sus propios deseos, se rodearán de maestros que les digan las novelerías que quieren oír. Dejarán de escuchar la verdad y se volverán a los mitos.

2 Timoteo 4:1–4

(Lectura de la Biblia en tres años: Jeremías 38:14–39:10, Hebreos 3:1–6)

EL MÉRITO DE SOLO CRISTO Y SOLO PARA LA GLORIA DE DIOS

Ver serie: Meditaciones

El apóstol Pablo, al dar el solemne encargo, habla de la importancia de ser diligentes en llevarlo a cabo pues, señala, vendrá el tiempo en que la gente no soportara la verdad e irán tras la mentira. ¿Cómo identificar cuándo sucede eso y qué debemos hacer al respecto?

La apostasía (desertar de la verdad) es algo que sucederá entre el pueblo de Dios muchas veces. Cristo y los apóstoles advirtieron que los engañadores y falsos maestros, falsos profetas, falsos apóstoles, y aun falsos hermanos, entrarían en medio del rebaño como lobos rapaces buscando a quien destruir. Su arma será el engaño, es decir la palabra adulterada. Eso significa que usaran textos bíblicos sacados de contexto o mal interpretados para introducir su veneno. Pero principalmente harán mal uso de la ley y el evangelio (1 Timoteo 1:5–8).

Una forma sencilla y efectiva de introducir veneno en el pueblo es la predicación que motiva a la obediencia con la ley. Predicadores o maestros que dicen: «hemos desobedecido a Dios en este mandamiento y para agradar a Dios debemos comenzar a obedecerle» omiten decir que «por nuestro viejo Adán no podemos obedecer y por eso merecemos toda la ira de Dios. Pero Cristo, sí, lo hizo por nosotros y murió pagando este pecado. En gratitud vamos a querer obedecer este mandamiento» Si encontramos una iglesia o predicador que motiva con la ley y no con el evangelio y que omite hablar de Cristo como el que obedeció y murió en lugar nuestro, lo mejor que podemos hacer es huir de allí, pues está claro que han abandonado la verdad. El puro evangelio habla y se basa en los méritos de sólo Cristo y solo para la gloria de Dios (Efesios 2:1,8,9)

Oración:

Espíritu Santo, según la Biblia, tú no vienes a nosotros aparte de las Santas Escrituras, ni separado de ella. Con la Palabra de verdad, hiciste en mí tu obra para darme conciencia de cuán pecador soy y cuánto necesito de Jesucristo el Salvador. Por el evangelio creaste en mí la fe salvadora para poder beneficiarme del perdón que Cristo ganó para mí. Te suplico que conmigo se haga conforme a tu Palabra y que me libres de torcer el uso de la ley y el evangelio o de apoyar a quienes adulteren la verdad haciendo mal uso de la ley y el evangelio. Amén.

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