¡El regalo de la consideración de Dios! | sábado 28 de diciembre 2024

9 [La] luz verdadera, la que alumbra a todo ser humano, venía a este mundo.

Juan 1:4,9.

(Lectura de la Biblia en tres años: Ezequiel 27:16–36, 1 Pedro 2:17–25)

¡El regalo de la consideración de Dios!

Ver serie: Meditaciones

Fue por un aniversario, no por Navidad. Pero, un año decidí darle a mi esposa una experiencia en lugar de un objeto como regalo. Fue un crucero de sorpresa por el puerto de Nueva York. Pensé que era un regalo perfecto. Un crucero por la Estatua de la Libertad y bajo el Puente de Brooklyn con una cena de cuatro estrellas y música. Tomé cuenta del clima y elegí un día en el que estaba despejado, ¡y lo fue! El clima estaba perfecto. Todo fue perfecto … o eso pensé. ¡Tonto! Nunca consideré que 19 años antes, durante nuestra luna de miel, mi esposa se había enfermado en un barco. Entonces, sí, ¡lo que pensé que era un regalo perfecto resultó ser uno miserable! Ella después me dijo: “Mi amor, gracias por el esfuerzo, pero estoy decepcionada porque esto demostró que realmente no lo pensaste bien”.

¡Afortunadamente, nuestro Dios no comete errores como ese! Nos conoce perfectamente. Él conoce todas nuestras dudas, debilidades, gozos, tristezas y pecados. Conociéndonos perfectamente y amándonos desde la eternidad, planeó cuidadosamente el regalo perfecto para satisfacer todas nuestras necesidades, ¡y lo es! Jesús es el regalo perfecto. Pero lo que él representa es el regalo que quiero que saquemos y disfrutemos hoy: la consideración de Dios hacia nosotros, su cuidadosa consideración de cada una de nuestras necesidades y su plan meticuloso para satisfacer perfectamente cada una.

Juan nos hace pensar en la consideración que Dios tiene de nosotros cuando nos dice que Jesús era “la luz que venía a este mundo”. Cuando Juan dice que la luz “venía”, nos recuerda que Jesús fue el plan de Dios desde el principio. Jesús fue el cumplimiento del plan cuidadosamente pensado de Dios para satisfacer todas nuestras necesidades como pecadores caídos.

Esa consideración es un regalo asombroso en si mismo. Piensa lo que significa: Dios sabe precisamente que pecadores somos, pero quiere que estemos con él en la gloria de todos modos, y pues planea el regalo perfecto para lograr esa meta. Él sabe lo que le va costar ese regalo: su propio Hijo. ¡Pero él dará lo que sea por tenernos! Entonces, cuando llega el momento de dar este regalo costoso, no se arrepiente. Él sigue adelante, ¡porque solo está pensando en ti!

¡Ama y agradécele a tu Padre, no solo por un buen esfuerzo sino por un regalo perfectamente considerado!

Oración:

Padre celestial, cada vez que considero tu Hijo tengo que decir, “¡Que regalo! Es perfecto! Gracias por considerarme tanto. Amén.

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