Enfocándose en Jesús, no en uno mismo | sábado 4 de enero 2025
(Lectura de la Biblia en tres años: Ezequiel 33:21–33, 1 Pedro 5:12–14)
Enfocándose en Jesús, no en uno mismo
Ver serie: Meditaciones
“Bendeciré al Señor en todo tiempo; su alabanza estará siempre en mi boca. Alabaré al Señor con toda el alma. ¡Escuchen, gente humilde, y alégrense también! ¡Únanse a mí, y reconozcan su grandeza! ¡Exaltemos a una voz su nombre!” (Salmo 34:1-3).
Intentemos esto: Dejar todo a un lado y enfocarnos en Jesús. Bendigámosle y alabémosle por su bondad.
Considera las historias de los evangelios: alimentar a los cinco mil, calmar la tormenta y defender a la mujer llevada a Jesús por aquellos que lo odiaban. Considere su enseñanza de amar a los demás por encima de nosotros mismos. ¿Qué te parecen sus amables instrucciones de prestar atención al hermoso mundo de Dios para que podamos estar seguros del amor de Dios por nosotros? Considera otros signos de su poder: resucitar a los muertos, ofrecer su propio cuerpo por nosotros, y volver a la vida al tercer día.
¿Qué historia te resuena hoy? ¿Cómo habría sido seguir a Jesús en ese momento en particular? ¿Cómo habría actuado? ¿Qué habría dicho? Bendice a Jesús por su bondad y sus maravillosas obras.
Considera cualquier cosa buena y bonita que hayas atesorado en estos minutos. ¿Cómo puedes permitir que sea la lente a través de la cual veas el resto de tu día? Con el salmista, puedes decir: “Busqué al Señor, y él me escuchó, y me libró de todos mis temores. Los que a él acuden irradian alegría; no tienen por qué esconder su rostro” (Salmo 34:4,5).
Oración:
Dios Todopoderoso, confieso que he pecado contra Ti. No te he amado, ni he amado a mi prójimo como Tú lo exiges. Has tenido misericordia de este pobre pecador y por los méritos de tu Hijo me has limpiado, perdonado y salvado. Te suplico abras mis ojos espirituales para que no olvide que es sólo por Ti que veré el gozo eterno. Amén.