Habla contigo mismo (¡acerca de Dios!) | jueves 02 de enero 2025

(Lectura de la Biblia en tres años: Ezequiel 32, 1 Pedro 4:12–19)

Habla contigo mismo (¡acerca de Dios!)

Ver serie: Meditaciones

¿Alguna vez hablas contigo mismo? Deberías, especialmente si eres una persona con un gran corazón.

He conocido a algunos hermanos y hermanas en la fe maravillosamente generosos, compasivos, empáticos, sensibles y semejantes a Cristo. Mientras que yo tiendo a ser más intelectual, ellos se inclinan por ser emocionales y relacionales, lo cual es un verdadero regalo para la Iglesia cristiana. Pienso en mi madre, que sacrificaba gustosamente el sueño para arreglar el vestido de una dama de honor o coser una costura rasgada. Ver su compasión es un pequeño vistazo del amor bondadoso de nuestro Padre.

El desafío, sin embargo, es no dejar que esas emociones tomen el control de lo que es verdad. ¿Te ha pasado alguna vez?

El profeta Jeremías también era un hombre emocional. ¿Cómo combatió esos sentimientos engañosos que le robaban la alegría? Él explica: “Me digo a mí mismo:

«El Señor es mi herencia. ¡En él esperaré!»” (Lamentaciones 3:24, NVI). Fíjate en el comienzo de esa frase: “Me digo a mí mismo”. ¡Jeremías hablaba consigo mismo!. ¿Acerca de qué? Acerca de Dios.

A nosotros nos conviene hacer lo mismo. Cuando estés asustado, inseguro o ansioso por tu día, habla contigo mismo de Dios. Recuérdale a tu corazón tembloroso cómo es Dios y cómo afecta su carácter a tu situación. A través de la fe en Jesús, pasarás el día de hoy con un Dios que puede, que se preocupa, que controla, que sabe, que está cerca, que es suficiente y que perdura. Detente ahora mismo y vuelve a leer esa lista, dedicando 30 segundos a cada verdad sobre el carácter de tu Dios.

Si hablas contigo mismo sobre que tipo de Dios tienes, estarás más que bien.

Oración:

Padre misericordioso, como pecador que soy no merezco estar en tu presencia. Gracias a los méritos de tu Hijo Jesucristo y a tu gran amor puedo acercarme a Ti y suplicarte. En medio de los innumerables desafíos y pruebas que cada día enfrento, Tú eres mi refugio seguro. Gracias por tu fidelidad. Amén.

¿Usted quiere aprender más de la Biblia? Estudie con nosotros! Haga un clic aquí.