La historia de Stacey King | lunes 3 de marzo 2025
(Lectura de la Biblia en tres años: Jonás 1–2, Apocalipsis 12:1–7)
La historia de Stacey King
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¿Has oído hablar alguna vez de Stacey King? Era un novato de los Chicago Bulls en 1990 que estuvo a punto de perder un partido contra los Cleveland Cavaliers. King falló varios tiros libres clave y terminó el partido con un solo punto. Por suerte, esa noche había otro rey en la cancha: Michael Jordan. MJ hizo uno de los mejores partidos de su carrera, terminando aquella noche con la friolera de 69 puntos y llevando a los Bulls a una victoria en la prórroga.
Después del partido, un periodista preguntó a Stacey King sobre su noche en la cancha. King respondió: «Siempre la recordaré como la noche en que Michael Jordan y yo nos combinamos para anotar 70 puntos».
¡Ja! ¿No es genial? Me encanta esa cita, pero me encanta aún más la verdad que me recuerda, a saber, que vamos por la vida con el Rey de reyes a nuestro lado. Jesús es aún mejor que Jordán, y su presencia viene con poder. ¿A qué lucha te enfrentas que es más grande que Jesús? ¿Qué situación te está estresando que es más grande que Jesús? ¿Qué pecado has cometido que es más grande que Jesús?
Cuando Jesús dijo: «Yo estaré con ustedes todos los días» (Mateo 28:20), hizo una promesa que cambiaría el juego, una promesa que permitiría a los apóstoles hacer discípulos de las naciones, la misma promesa que nos permite hacer cosas que parecen imposibles sin Él.
Así que no tengas miedo. A pesar de tus debilidades, Jesús está contigo. Este podría ser el día en que tú y Jesús se unan para hacer algo extraordinario.
Oración:
Redentor Eterno, confieso que por mi propia razón o elección no puedo creer en Jesucristo, mi Señor, ni acercarme a él. Sino que el Espíritu Santo me ha llamado mediante el evangelio, me ha iluminado con sus dones, me ha santificado y guardado en la fe verdadera. De la misma manera llama, congrega, ilumina y santifica a toda la iglesia cristiana en la tierra, y en Jesucristo la conserva en la verdadera fe. En tu amor me llamas a ser parte de esta gran labor, te suplico que me permitas ser un instrumento de tu paz, por Jesucristo tu Hijo. Amén.