Lo más chocante de Jesús | lunes 10 de marzo 2025
(Lectura de la Biblia en tres años: Miqueas 7, Apocalipsis 14:14–20)
Lo más chocante de Jesús
Ver serie: Meditaciones
Puede que lo más impactante de Jesús no sea su muerte. No puedo imaginar su muerte en una cruz –la corona de espinas, los clavos, el dolor–, pero lo que realmente me impacta es la vida de Jesús. Porque durante toda su vida, su amor perduró para siempre. No se le acabó el amor ni una sola vez. Nunca, nunca, nunca dijo: «Se acabó». Nunca le puso los ojos en blanco a María ni le contestó a José (ni siquiera cuando le dijeron a su hijo de 12 años que hiciera sus tareas). Jesús amó y luego amó y luego amó un poco más, un Salmo 136 andante y parlante. Obedeció a su Padre, obedeció al día siguiente y obedeció toda su vida. Se acordó de nuestra situación pecaminosa, de nuestras vidas llenas de amor temporal, así que vivió por nosotros. Jesús ama constantemente por nosotros. Su amor es eterno. «¡Alabemos al Dios de los cielos! ¡Su misericordia permanece para siempre!» (Salmo 136:26).
Eso significa que a través de la fe en Jesús, obtienes un amor que perdura para siempre. No importa lo que fracase o se acabe, la mejor parte de tu vida nunca lo hará: Dios. El Dios que puede calmar tus tormentas, que se preocupa por tu ansiedad, que controla la economía, que conoce hasta el último pelo de tu cabeza, que es suficiente para tu corazón, que está cerca en tus luchas, es el mismo Dios cuyo amor perdura para siempre.
Hay muchas razones para alabar a Jesús. Pero la vida de amor constante de Jesús podría ser lo más sorprendente y lo más digno de alabanza de él.
Oración:
Amante Dios, tú nos amas con amor eterno. Nada puede separarnos de ese amor incondicional. Por ese amor enviaste a tu Hijo para salvarnos de la condenación eterna e incorporarnos a tu pueblo elegido. Concédeme ser un leal servidor tuyo que tenga tal corazón agradecido que por amor viva consagrado a ti para amarte y amar a mi prójimo, por Jesucristo tu Hijo. Amén.