LOS MILAGROS Y SEÑALES DE LOS ENGAÑADORES | viernes 29 de noviembre 2024

Porque surgirán falsos cristos y falsos profetas que harán señales y milagros para engañar, de ser posible, aun a los elegidos. Así que tengan cuidado; los he prevenido de todo.

— Marcos 13:22–23

 

(Lectura de la Biblia en tres años: Ezequiel 3:16–27, Hebreos 11:32–40)
LOS MILAGROS Y SEÑALES DE LOS ENGAÑADORES

Ver serie: Meditaciones

¿Ha sufrido usted la experiencia de padecer hambre? Cuando el hambre es mucha es posible comer cualquier cosa. Un grupo de personas cuyo avión cayó en la cordillera de los andes, por hambre, comieron los restos de sus compañeros de viaje. En el pueblo de Israel algunos comieron lo más descabellado. Inclusive algunos profetas comieron comida venenosa que inevitablemente les hizo daño (2 Reyes 4:38; 25:1–3; Jeremías 52:4–6). Dios mismo permitió que su pueblo pase hambre: «Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, más de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre.» (Deuteronomio 8:3, RV1960) Sí, además del hambre física hay el hambre espiritual.

La iglesia tiene la misión de distribuir el alimento espiritual. El enemigo de la iglesia, Satanás, ha levantado mucha gente a su servicio para alimentar al mundo con sus mentiras: la falsa doctrina. Cristo nos anuncia que esto sucederá como parte de las señales que anuncian su segunda venida. La palabra de Dios es alimento que satisface el alma. La falsa doctrina no tiene ese poder. Por eso para hacerla atractiva, los ministros de Satanás harán señales y milagros y engañarán a muchos: «En aquel tiempo muchos se apartarán de la fe; unos a otros se traicionarán y se odiarán; y surgirá un gran número de falsos profetas que engañarán a muchos. Habrá tanta maldad que el amor de muchos se enfriará, pero el que se mantenga firme hasta el fin será salvo.» (Mateo 24:10–13). Dios quiere que perseveremos en la verdadera doctrina, pero no podemos hacerlo con nuestras propias capacidades. Necesitamos el auxilio divino. Ese auxilio nos viene en el evangelio presente en los medios de gracia: la buena predicación y los sacramentos del bautismo y santa cena. Prestar atención a mensajes y estudios que contienen falsa doctrina, aunque sea poca, no solo debilita la verdadera fe, sino que también puede apagarla: «Un poco de levadura fermenta toda la masa.» (Gálatas 5:9). En gratitud a Cristo por la salvación que nos otorgó gratuitamente como nuestro sustituto vamos a querer huir de los ministros de Satanás.

Oración:

Haz, SEÑOR, que la luz de tu Palabra pura permanezca en nuestros hogares e iglesias. Por tus medios de gracia afírmanos en la fe que nos otorgaste en el Santo Bautismo; de manera que podamos crecer en fe y en obediencia a tu voluntad siendo celosos en proteger la integridad de la doctrina una vez dada a los santos. Amén (cf. Judas 3).

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