Mírate | miércoles 9 de julio 2025

(Lectura de la Biblia en tres años: Éxodo 25:23–30, Mateo 14:13–21)

Mírate

Ver serie: Meditaciones

Dependiendo de cómo hayas crecido, de cómo tu padre haya tratado a tu madre, de cómo tu madre haya hablado con tu padre o de cómo te hayan tratado los adultos de tu vida, puede que no sepas qué aspecto tiene el maltrato.

He aquí algunos atisbos de lo que es el maltrato: ¿Sueles enfadarte cuando tu pareja o tus hijos no hacen lo que tú quieres? ¿Expresas tu enfado con insultos, miradas amenazadoras, amenazas físicas o actos físicos como romper cosas o hacer daño a animales domésticos? ¿Culpas de esos arrebatos al alcohol, a las drogas o a otra persona? ¿Alguna vez utilizas la Biblia para conseguir lo que quieres, diciéndole a él que tiene que perdonarte por mucho que le menosprecies y que ella tiene que someterse porque tú eres el cabeza de familia? Si eso ocurre a menudo, eso es abuso. (Y si no quieres que otros lean estas palabras, es probable que seas abusivo).

Necesito que sepas cuánto odia Dios el maltrato. «El Señor […] odia con toda su alma a los que aman la violencia» (Salmo 11:5 DHH). El mayor problema con tu comportamiento no es que te pueda meter en problemas legales o que te cueste el control en casa. El mayor problema es que hace que Dios te odie. Nadie que continúe viviendo en este pecado, hiriendo a la gente que Dios ama, terminará siendo amado por Dios. Así que antes de que tengas que presentarte ante nuestro Padre con un historial de herir a sus hijos, mírate a ti mismo.

Y antes de que la culpa de tu pecado te abrume, por favor, corre a Jesús. Hay esperanza en su nombre para todo pecador, incluso para ti.

 

Oración:

Redentor nuestro, necesitamos ser confrontados con nuestro pecado a fin de ver la magnitud de nuestro problema: nuestra falta de arrepentimiento revela nuestra condición de merecedores de toda tu ira eterna. Te bendigo y agradezco por tus siervos que valerosamente asumen el desafío de mostrarnos nuestro pecado a fin de conducirnos al arrepentimiento con la expectativa de poder anunciarnos el perdón que nos brinda tu gracia mediante el evangelio. el año que ha finalizado pues tu presencia no nos ha abandonado. Concédeme ser cristiano penitente y ser un instrumento de tu paz, por Jesucristo tu Hijo. Amén.

 

¿Usted quiere aprender más de la Biblia? Estudie con nosotros! Haga un clic aquí.