¡No lo entiendo! | martes 28 de enero 2025
(Lectura de la Biblia en tres años: Daniel 3:1–12, 2 Juan 1–3)
¡No lo entiendo!
Ver serie: Meditaciones
Si estás buscando un alucinante entretenimiento mental, pídele a alguien que intente explicar la Trinidad. Es posible que escuches comparaciones como: “Dios es como un huevo: cáscara, yema y clara; tres partes pero una sola cosa”. “No, es como el agua: puede tomar forma de líquido, hielo o vapor». Buen intento, pero no del todo.
No hay división entre Dios. El Padre es todo Dios, el Hijo es todo Dios y el Espíritu Santo es todo Dios. 1+1+1=1 es una matemática terrible, ¡pero una gran teología! Tenemos un Dios indivisible que se revela en tres personas distintas, cada una completamente Dios. Si en este punto tu mente está diciendo, “No lo entiendo”… ahora lo estás entendiendo. Nuestras mentes finitas no pueden comprender a Dios. Eso es algo bueno. ¡Necesitamos que Dios sea infinitamente más grande que nosotros!.
Sin embargo, entendemos lo que necesitamos entender acerca de la Trinidad: el Dios trino indivisible nos ama. ¿Cómo? El día en que el Padre abandonó a su Hijo en la cruz fue la primera y única vez que ese círculo eternamente indivisible se rompió… para dejarte entrar. Este hecho es quizás la única verdad de las Escrituras más difícil de comprender que la Trinidad. Dios nos amó lo suficiente para hacer esto. Él nos dejó entrar cuando fuimos bautizados en “el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” (Mateo 28:19). Nunca vamos a entender todos los detalles de Dios, pero estas verdades de lo que su corazón le llevó a hacer por nosotros, que podemos entender. . . ¡y eso es todo lo que importa!
Oración:
Bendita Trinidad, Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo: Confieso que con mi limitado intelecto no puedo entender cabalmente la Trinidad ni el amor incondicional por el cual nos salvas y perdonas. Pero, en verdad no necesito entenderlo sino solo creerlo. Te doy gracias porque fortaleces mi fe en Ti y en tu Palabra de tal manera que no necesito entender para creer. Te suplico me fortalezcas y afirmes en la verdadera fe para la vida eterna. Amén.