¿QUÉ ES LA SANA DOCTRINA? | martes 1 de octubre 2024
Tú, en cambio, predica lo que va de acuerdo con la sana doctrina.
Tito 2:1
(Lectura de la Biblia en tres años: Jeremías 13, 1 Timoteo 5:18–25)
¿QUÉ ES LA SANA DOCTRINA?
Ver serie: Meditaciones
El apóstol Pablo fue claro y directo con Tito: «predica lo que va de acuerdo con la sana doctrina»
La palabra doctrina se refiere a la enseñanza de Cristo. El total de las enseñanzas que Cristo dejó a sus discípulos es la Doctrina Cristiana o sana doctrina. Cristo mandó a los discípulos: «Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, […] enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado». El apóstol Pablo testificó que él había enseñado toda la doctrina sin omitir nada: «Por tanto, yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos; porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios.» (Mateo 28:19-20; Hechos 20:26). Doctrina significa una enseñanza verdadera que no puede ser cambiada. Usted puede aceptar o rechazar la doctrina, pero no puede cambiarla. Cuando alguien enseña diferente a lo que la doctrina enseña, entonces no está enseñando doctrina cristiana sino falsa doctrina. La sana doctrina es bíblica. No es el resultado de usar una «fe razonable» ni está basada en sentimientos subjetivos: eso significa que creemos en Dios no «porque lo sintamos en nuestro ser», ni porque sea una «creencia razonable». Creemos en Dios porque Cristo enseñó en la doctrina, la existencia de Dios. Los cristianos creen y enseñan lo que Cristo creyó y enseñó. Tanto nuestro intelecto como nuestras emociones pueden resistirse a creer la doctrina bíblica (1 Corintios 2:14; Jeremías 17:9,10). Por eso somos merecedores de la ira de Dios. Pero gracias a los méritos de Cristo tenemos perdón y vida eterna. En gratitud vamos a querer creer y conservar la sana doctrina.
Oración:
Señor, sin tu gracia no puedo ser salvo. Pero en mi viejo Adán (mí naturaleza pecaminosa) no he sido celoso de la doctrina. Por el poder del evangelio que viene a mí por el poder del evangelio, concédeme amar de modo que haya en mí celo por tu palabra; fortaléceme y guárdame en la verdadera fe para la vida eterna. Amén.