TENGAMOS EL BALANCE PERFECTO EN ESTE MUNDO | Sábado 14 de septiembre 2024

Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; No me des pobreza ni riquezas; manténme del pan necesario; No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que siendo pobre, hurte, y blasfeme el nombre de mi Dios.

Proverbios 30:8-9

TENGAMOS EL BALANCE PERFECTO EN ESTE MUNDO

Este mundo ha logrado que muchos de nosotros perdamos la perspectiva espiritual. Una de las cosas que nos llena de preocupación son los objetos materiales que podamos tener o no tener. Siempre hay una balanza posible de pensamiento humano con respecto a tener mucho o poco pero, si esta balanza se pierde, podría suceder que nuestro viejo hombre sea tentado con la avaricia y la inconformidad que nos lleva a ofender a nuestro Dios, pecando en contra del Noveno y Décimo Mandamientos – codiciando las cosas de los demás. Es donde nos volvemos esclavos de buscar las cosas materiales, o justificamos el pecado, pensando que está bien querer tener las cosas de los demás.

El Espíritu Santo, hoy, nos enseña el balance perfecto que necesitamos tener como cristianos: «no me des pobreza ni riqueza.» El balance de nuestra vida es muy sencillo, tener el pan necesario. Cuando estudiamos el Padre Nuestro, en la cuarta petición pedimos: «danos hoy el pan de cada día» que consiste en todo aquello que se necesita como alimento y para la satisfacción de las necesidades de esta vida, esto es: comida, bebida, vestido, calzado, casa, hogar, tierras, animales, dinero, bienes; piadoso consorte, hijos piadosos, piadosos trabajadores y supervisores, autoridades piadosas y fieles; buen gobierno, buen tiempo; paz, salud, buena conducta, honra, buenos amigos, solícitos vecinos y cosas semejantes a estas.

Pero, también, para mantener este balance en nuestras vidas, no es bueno olvidar que Dios quiere que todo nuestro actuar sea movido por el agradecimiento. Esta es una de las evidencias que pertenecemos a Dios. Jesús es quien ha hecho que hoy seamos agradecidos hijos de Dios: «Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.» (Juan 1:12) y esto lo logró como nuestro sustituto ante Dios, viviendo siempre feliz con las cosas que tenía en este mundo. Nunca le preocupó tener riquezas materiales porque siempre, su mente estaba enfocada totalmente en nuestra redención: «que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.» (2 Corintios 5:19). ¡Qué el Espíritu Santo nos conceda esto en el nombre de Jesús! Amén.

Oración:

Espíritu Santo, haz que nuestro corazón siempre esté contento con lo que tenemos. Permite que demos Gracias a Dios por el pan diario por los méritos de Jesús. Amén.

¿Usted quiere aprender más de la Biblia? Estudie con nosotros! Haga un clic aquí.