El vino nuevo necesita piel nueva | domingo 11 de mayo 2025
(Lectura de la Biblia en tres años: Génesis 32:1–21, Mateo 8:1–4)
El vino nuevo necesita piel nueva
Ver serie: Meditaciones
«Ni tampoco se echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino nuevo revienta los odres, y entonces el vino se derrama y los odres se echan a perder. Más bien, el vino nuevo debe echarse en odres nuevos, y tanto lo uno como lo otro se conserva juntamente.» (Mateo 9:17).
Cada día es vino nuevo y nuestras mentes son odres. El cerebro humano es una de las mayores creaciones de Dios. Es donde puso su imagen en nosotros. Es donde crea nuestra fe en Jesús. Es donde lamentamos nuestros fracasos y comprendemos nuestro potencial para hacer su voluntad. Es donde nos levantamos para afrontar todos los retos que se nos presentan en la vida. Es donde aceptamos lo que somos y aspiramos a convertirnos en lo que podemos ser.
Por desgracia, tenemos la capacidad de convertir una mente perfectamente flexible en un odre viejo. Si no seguimos formándonos, si no ampliamos nuestros horizontes, si nunca exploramos el universo cercano y lejano, si no intentamos comprender lo que ocurre en la mente de los demás, podemos llegar a ser neurológicamente incapaces de ampliar la nuestra. Las vías de nuestro cerebro se vuelven tan estrechas y rígidas que, cuando nos llega vino nuevo, no tenemos capacidad para contenerlo. Nos vuela la cabeza. Habitualmente nos resistimos a todo lo nuevo. Pero éste es nuestro tiempo de gracia. Dios nos preserva renovando nuestras mentes y dándonos la mente de Cristo.
Oración:
Bondadoso Dios, sin Cristo carezco de todo valor y merezco ser desechado de tu presencia por la eternidad. Te bendigo y agradezco por preservarme junto a creyentes que aman tu palabra y están crecidos y afirmados en la fe. Concédeme permanecer firme en esa fe y ser un instrumento de tu paz idóneo a tu servicio, por Jesucristo tu Hijo. Amén.
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