EL ESPIRITU SANTO NOS LLEVA A LUCHAR CONTRA EL ADULTERIO | Miércoles 18 de septiembre 2024

Mas el que comete adulterio es falto de entendimiento; Corrompe su alma el que tal hace.  

Proverbios 6:32

EL ESPIRITU SANTO NOS LLEVA A LUCHAR CONTRA EL ADULTERIO

Fidelidad sexual es una de las promesas que se hacen hombre y mujer el día de su matrimonio. Esta fidelidad Dios la dio como uno de los tres propósitos del matrimonio y está sobre la base del compromiso incondicional que une un matrimonio. Miles de divorcios existen hoy en día porque las parejas han dejado que el enemigo gobierne sus corazones dándole prioridad a la carne, para que se incumpla la promesa de la fidelidad sexual hasta que la muerte los separe. Jesús fue más allá y dijo: «Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.» (Mateo 5:28). Nuestra naturaleza pecaminosa nos lleva a ser infieles por naturaleza y por nuestro pecado en contra del sexto mandamiento merecemos ser condenados en el fuego eterno por nuestra falta de entendimiento y por la corrupción de nuestra alma.

A pesar de esto, el Espíritu Santo nos ha dado la seguridad del amor de Dios hacia nosotros, porque Jesús siempre puso en alta estima el matrimonio, y lo hizo como nuestro sustituto ante Dios. Cuando enfrentó a los fariseos dijo: «y los dos serán una sola carne […] Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.» (Mateo 19:5-6). El Padre en los cielos aceptó estas palabras de Jesús como nuestro sustituto. Por eso sólo Él pudo ser nuestro Redentor. Además de esto, la Biblia nos dice: « Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.» (Isaías 53:5).

Ahora este mismo Espíritu Santo nos ayuda a luchar siempre más para cumplir las promesas que hacemos aun dentro del matrimonio. Nos lleva a querer hablar la verdad unos a otros, siendo fieles sexualmente hasta que la muerte los separe. ¡Qué el Espíritu Santo nos conceda esto a cada uno de nosotros! Amén.

Oración:

Padre Santo que el Espíritu Santo fortalezca los matrimonios haciendo que el hombre y la mujer sean fieles a sus promesas matrimoniales, en el nombre de Jesús. Amén.

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EL ESPIRITU SANTO NOS LLEVA A SUFRIR EL AGRAVIO Martes 17 de septiembre 2024

Casí que, por cierto es ya una falta en vosotros que tengáis pleitos entre vosotros mismos. ¿Por qué no sufrís más bien el agravio? ¿Por qué no sufrís más bien el ser defraudados?  

1 Corintios 6:7

EL ESPIRITU SANTO NOS LLEVA A SUFRIR EL AGRAVIO

Ver serie: Meditaciones

Pablo escribió esta carta a un grupo de creyentes, la congregación de los corintios. Les llamó santos por los méritos de Cristo. Estos santos, que también son pecadores, tenían serios problemas en su congregación y uno de estos eran las dificultades que tenían entre ellos mismos por varias causas. Podemos entender estos problemas porque, tal vez, los hemos vivido en nuestras congregaciones al hacer negocios con otros hermanos, al pedir dinero prestado o al realizar un trabajo personal. Pero necesitamos reconocer nuestro pecado en contra del quinto, séptimo, octavo, noveno y décimo mandamientos, porque cuando tenemos problemas en nuestra congregación por cuestiones materiales, no hemos sido sabios y tendemos a dividir nuestra congregación por nuestra avaricia.

El Espíritu Santo nos ayuda a aplicar este versículo bíblico en nuestras vidas, y esto por amor a nuestro hermano en la fe y por amor al nombre de Cristo quien nos amó, como lo enseña Juan 13:1: «Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin». El amor de Jesús le llevó a dar la vida por nosotros al decir que iba a pasar del mundo al Padre. Lo hizo al ser crucificado, muerto y sepultado para darnos el perdón de nuestro pecado en contra del hermano en la fe. También, nos dice este pasaje que nos amó hasta el fin, es decir este amor perfecto de Él, lo vivió como nuestro sustituto para que hoy nuestro Padre nos vea santos por los méritos de Cristo. Es por el mismo Espíritu Santo que nosotros, en medio de los problemas, los vamos a querer solucionar sufriendo el agravio, el ser defraudados por el amor del alma del hermano. ¡Qué el Espíritu Santo nos conceda esto a cada uno de nosotros! Amén.

Oración:

Padre de Amor, por medio del Espíritu Santo, concédenos el amor ágape para darlo a nuestros hermanos en el nombre de Jesús. Amén.

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LA VENGANZA QUE AVERGUENZA | Lunes 16 de Septiembre 2024

Pero sucedió que al tercer día, cuando sentían ellos el mayor dolor, dos de los hijos de Jacob, Simeón y Leví, hermanos de Dina, tomaron cada uno su espada, y vinieron contra la ciudad, que estaba desprevenida, y mataron a todo varón. Y a Hamor y a Siquem su hijo los mataron a filo de espada; y tomaron a Dina de casa de Siquem, y se fueron.

Génesis 34:25-26

LA VENGANZA QUE AVERGUENZA

La venganza es como el efecto de las drogas sicoactivas. Traen placer a corto plazo, pero problemas a largo plazo. Los hijos de Jacob, Simeón y Leví, mostraron que estaban débiles espiritualmente porque hicieron un plan para vengar la violación de su hermana Dina por Siquem, hijo de Hamor. Estaban tan débiles, espiritualmente, que tomaron la bendición de la circuncisión como una trampa para debilitar a los heveos y así cobrar su venganza. Alimentar la venganza, como lo hicieron estos dos hermanos, es el cumplimiento de lo dicho en Santiago 1:14-15: «sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.» Esta historia bíblica también nos señala nuestro pecado en contra del Quinto Mandamiento, porque en oportunidades, hemos querido y deseado vengarnos de nuestros enemigos.
Jesús nunca acudió a la venganza. Siempre amó, aun a sus enemigos, porque aun sabiendo que le querían asesinar, Él, por amor a nosotros, no permitió que sus discípulos cobraran venganza el día que fue aprendido injustamente por los lideres religiosos y su banda de seguidores. La Biblia nos dice «Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la desenvainó, e hirió al siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha. Y el siervo se llamaba Malco. Jesús entonces dijo a Pedro: Mete tu espada en la vaina; la copa que el Padre me ha dado, ¿no la he de beber?» (Juan 18:10-11). Jesús cumplió perfectamente el quinto mandamiento como nuestro sustituto y la copa de la cual habla en este versículo era su sufrimiento y muerte que sufrió para pagar el castigo por nuestro pecado.
Jesús resucitó venciendo el pecado, y ahora el Espíritu Santo nos del deseo, por gratitud a Dios, de orar por nuestros enemigos, ayudar cuando ellos lo necesiten, y predicarles la Palabra de Dios cuando sea posible. El Espíritu Santo nos conceda esto a cada uno de nosotros. Amén.

Oración:

Señor de Paz, permite que nosotros, en momentos de tentación de la venganza, solamente oremos por nosotros y nuestros enemigos, buscando devolverles el bien por el mal que nos hacen para que tu paz llegue a todos los corazones, en el nombre de Jesús. Amén.

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SED LLENOS DEL ESPIRITU SANTO | domingo 15 de septiembre

No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu.

Efesios 5:18

SED LLENOS DEL ESPIRITU SANTO

La Biblia nos guía claramente en nuestra vida de santificación; cómo vivimos los cristianos por gratitud a Dios. La Nueva Versión Internacional traduce parte de este versículo así: «No se emborrachen con vino, que lleva al desenfreno». El consumo de drogas psicoactivas, abuso de alcohol, y el abuso de algunos medicamentos nos llevan al desenfreno. La Biblia nos presenta los ejemplos de Noé y Lot como, al embriagarse, cometieron pecados en contra del quinto y sexto mandamientos por su desenfreno. Nosotros sabemos lo que sucede con el abuso del alcohol que nos lleva a decir mentiras, a creernos ricos, y hasta hace que nos imaginemos muy hermosos físicamente. El abuso de estas sustancias nos lleva a pecar en contra de todos los mandamientos y en contra de Dios.
«Sed llenos del Espíritu Santo» significa dos cosas: La primera es que, por él, tengamos la fe en Cristo Jesús, quién nunca pecó por amor a nosotros. La Biblia nos dice en 1 Juan 3:5 «Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él». Es muy claro lo que dice el apóstol Juan al señalarnos la perfección de Jesús quien, como nuestro sustituto, nunca tuvo un desenfreno en su carne. Vivió de una manera perfecta por amor a cada uno de nosotros. Pero este mismo amor le llevó a sacrificarse por nosotros y redimirnos «con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación» (1 Pedro 1:19). Ahora, nosotros somos perdonados de nuestros pecados que nos han llevado al desenfreno.
La otra cosa que nos lleva a ser llenos del Espíritu Santo es la nueva vida de cristianos que él nos da. Parte de esta nueva vida es que, por gratitud a Jesús, ya no deseamos abusar de nuestra libertad cristiana. La Biblia no prohíbe tomar un trago de licor, lo que prohíbe es su abuso. Pero, como hijos de Dios, el Espíritu Santo hace que seamos llenos de la Palabra de Dios, la cual nos guía en cada momento de nuestra vida. El Padre en los cielos nos conceda que seamos llenos del Espíritu Santo y su obra de fe y santificación, en el nombre de Jesús. Amén.

Oración:

Oración:
Padre Santo no quites tu Espíritu Santo de nuestras vidas, que Él nos guarde en la fe salvadora y sea nuestra guía por los méritos de Jesús. Amén.

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TENGAMOS EL BALANCE PERFECTO EN ESTE MUNDO | Sábado 14 de septiembre 2024

Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; No me des pobreza ni riquezas; manténme del pan necesario; No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que siendo pobre, hurte, y blasfeme el nombre de mi Dios.

Proverbios 30:8-9

TENGAMOS EL BALANCE PERFECTO EN ESTE MUNDO

Este mundo ha logrado que muchos de nosotros perdamos la perspectiva espiritual. Una de las cosas que nos llena de preocupación son los objetos materiales que podamos tener o no tener. Siempre hay una balanza posible de pensamiento humano con respecto a tener mucho o poco pero, si esta balanza se pierde, podría suceder que nuestro viejo hombre sea tentado con la avaricia y la inconformidad que nos lleva a ofender a nuestro Dios, pecando en contra del Noveno y Décimo Mandamientos – codiciando las cosas de los demás. Es donde nos volvemos esclavos de buscar las cosas materiales, o justificamos el pecado, pensando que está bien querer tener las cosas de los demás.

El Espíritu Santo, hoy, nos enseña el balance perfecto que necesitamos tener como cristianos: «no me des pobreza ni riqueza.» El balance de nuestra vida es muy sencillo, tener el pan necesario. Cuando estudiamos el Padre Nuestro, en la cuarta petición pedimos: «danos hoy el pan de cada día» que consiste en todo aquello que se necesita como alimento y para la satisfacción de las necesidades de esta vida, esto es: comida, bebida, vestido, calzado, casa, hogar, tierras, animales, dinero, bienes; piadoso consorte, hijos piadosos, piadosos trabajadores y supervisores, autoridades piadosas y fieles; buen gobierno, buen tiempo; paz, salud, buena conducta, honra, buenos amigos, solícitos vecinos y cosas semejantes a estas.

Pero, también, para mantener este balance en nuestras vidas, no es bueno olvidar que Dios quiere que todo nuestro actuar sea movido por el agradecimiento. Esta es una de las evidencias que pertenecemos a Dios. Jesús es quien ha hecho que hoy seamos agradecidos hijos de Dios: «Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.» (Juan 1:12) y esto lo logró como nuestro sustituto ante Dios, viviendo siempre feliz con las cosas que tenía en este mundo. Nunca le preocupó tener riquezas materiales porque siempre, su mente estaba enfocada totalmente en nuestra redención: «que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.» (2 Corintios 5:19). ¡Qué el Espíritu Santo nos conceda esto en el nombre de Jesús! Amén.

Oración:

Espíritu Santo, haz que nuestro corazón siempre esté contento con lo que tenemos. Permite que demos Gracias a Dios por el pan diario por los méritos de Jesús. Amén.

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DIOS QUIERE QUE NOS CONSIDEREMOS INFERIORES A LOS DEMAS | Viernes 13 de septiembre 2024

Nada hagáis por rivalidad o por vanidad; antes bien, con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo. No busquéis vuestro propio provecho, sino el de los demás. 

Filipenses 2:3-4, Reina-Valera 1995

 

DIOS QUIERE QUE NOS CONSIDEREMOS INFERIORES A LOS DEMAS

El título de este devocional tal vez no nos llama la atención porque, desde que tenemos uso de razón, nos han enseñado a tener una actitud de competición, que nos lleva a la rivalidad y a la vanidad. Jesús, por amor a nosotros, para ganar nuestras almas nunca vio a nadie como su rival. Actuó siempre sin vanidad. Nunca vio a los fariseos como sus rivales. Al contrario, Jesús siempre quiso que se arrepintieran. En Mateo 23:1-3, leemos: «Entonces habló Jesús a la gente y a sus discípulos, diciendo: En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos. Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen.» Por amor a las personas, a los discípulos, y aun a los fariseos y escribas que le escuchaban en ese momento, les alertó como manejar el mensaje que ellos predicaban. Dijo: «escúchenlos, pero no hagan lo que ellos hacen». Jesús estaba cuidando las almas de todas las personas que estaban allí. Y en este acto de Jesús, encontramos perdón de nuestro pecado en contra del quinto y del octavo mandamiento. Porque la rivalidad lleva a atentar contra la otra persona y la vanidad lleva a despreciar el nombre del prójimo.

Pero el Padre en los cielos ha acreditado a nosotros la vida perfecta de Jesús, incluyendo el hecho de que no practicó nunca la rivalidad. También aceptó el sacrificio de Jesús por nuestros pecados en contra de esta voluntad de Dios. Y ahora el Espíritu Santa produce en nosotros el deseo de vivir en forma diferente, movidos por el agradecimiento a la obra de Jesús, como lo leemos en Efesios 5:2, «Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.» El Espíritu Santo, por medio del amor de Jesús, nos lleva a querer ser humildes, y esto lo demostramos no considerándonos superiores a nadie, no buscando nuestro propio provecho, porque este mismo Espíritu obra en nosotros el deseo de siempre pensar en el bienestar del prójimo. ¡Qué el Espíritu Santo nos conceda esto en el nombre de Jesús! Amén.

Oración:

Gracias, Padre Santo, por salvarnos y librarnos de la condenación eterna que justamente merecemos. Gracias, por Jesucristo, tu Hijo, que obedeció perfectamente en lugar de nosotros y porque con su sacrifico en la cruz pago nuestra culpa, en el nombre de Jesús. Amén.

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DIOS NOS GUIA POR EL SENDERO DE LA VERDAD Y LA VIDA | Jueves 12 de septiembre 2024

Bienaventurado el hombre que hace esto, y el hijo de hombre que lo abraza; que guarda el día de reposo para no profanarlo, y que guarda su mano de hacer todo mal. 

Isaías 56:2

DIOS NOS GUIA POR EL SENDERO DE LA VERDAD Y LA VIDA

 

Cuando pensamos en el secreto para llevar una vida sin tantos problemas, la Biblia es el lugar donde encontramos la solución para esto. Ella, además de enseñarnos y guiarnos por el camino de la salvación, también nos guía para que, en esta vida, nos mantengamos en este camino y no perdamos el rumbo de nuestro caminar. Todos nosotros tenemos al viejo hombre. Este es aquel que no se complace en las cosas de Dios sino en amar a las tinieblas, amar el pecado y, por eso, el viejo hombre a veces predomina en nuestras vidas, llevándonos por caminos desastrosos llenos de pecado y enemistad contra Dios. El final de este camino es el infierno eterno.

El único camino seguro que podemos encontrar en este mundo es Jesús. Por esto el mismo nos dice Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Juan 14:6. Pero lo que nos llama la atención de este camino es que no lo encontramos por nosotros mismos, sino que el mismo Dios nos buscó y nos trajo por este sendero de Verdad y Vida. La verdad es que Jesús es Dios. Siendo Dios, pudo llevar una vida perfecta como sustituto de toda la humanidad. Vida es la vida eterna en el cielo que Jesús ganó por nosotros tanto con su vida perfecta como con su sacrificio y muerte como lo enseña el Espíritu Santo: «el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.» (Mateo 20:28)

Este mismo Espíritu Santo que nos guía por el camino espiritual seguro de Dios en nuestra vida, también nos guía en nuestros pensamientos y acciones. Lo hace guiándonos por el resumen de la primera tabla de la Ley: «Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.» (Mateo 22:37). Guardar el día de reposo, no es otra cosa que tener la palabra de Dios como prioridad en nuestra vida para alimentar nuestra alma. También, el mismo Espíritu nos lleva a vivir practicando el resumen de la segunda tabla de la ley: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo.» (Mateo22:39) que equivale a la enseñanza de Isaías en el versículo para hoy; el guardar nuestra mano para no hacer el mal. ¡Qué el Espíritu Santo nos conceda esto en el nombre de Jesús! Amén.

Prayer:

Gracias, Padre Santo, por llamarnos bienaventurados en este mundo, siendo guiados por el Espíritu Santo por el sendero de tu palabra para que confiemos únicamente en tu Hijo Jesús para llegar a ti y para que por gratitud guardemos tu nombre en nuestras vidas y amemos al prójimo como a nosotros mismos. Lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

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SOMOS PORTADORES DE PAZ | Miércoles 11 de septiembre 2024

Cuando los caminos del hombre son agradables a Jehová, aun a sus enemigos los hace estar en paz con él. 

Proverbios 16:7

SOMOS PORTADORES DE PAZ

Uno de los puntos que aprendemos cuando estudiamos la historia de Isaac (Génesis 26), es cómo este hombre creyente era un hombre de paz. El texto sagrado nos presenta las varias oportunidades en las cuales él fue perseguido y provocado para entrar en peleas y conflictos y, por la obra del Espíritu Santo, aprendemos que escapó de todas las provocaciones. Ser hombres de paz es difícil cuando la fe no está presente en el hombre. No obstante nosotros como creyentes, desafortunadamente, caemos en pecado en contra del quinto mandamiento cuando somos tentados y provocados, por otro, para tener un conflicto. Reconozcamos que, por naturaleza, somos violentos y no amamos la paz sino la venganza.

Jesús fue un hombre de paz. Esto lo demostró al darnos la verdadera paz como lo leemos en Juan 14:27. «La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da.» Esta paz, que Jesús ganó por nosotros para que no estemos en conflicto con Dios por nuestro pecado, la ganó no pecando. La Biblia nos da evidencia de la vida perfecta de Jesús, quien fue perfecto por todos nosotros por ser Dios, y quien, en su perfección, nos amó tanto que dio su vida por nosotros: «sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación». (1 Pedro 1:18-19.)

Esta paz que ahora tenemos con Dios es la motivación por la cual Isaac fue un hombre pacificador. Esta misma es la que nos anima a nosotros a ser pacificadores con el prójimo. El Espíritu Santo nos da esta paz, y también la produce en nosotros, para que dejemos que sea Dios quien se encargue de nuestros problemas y conflictos, porque Él puede hacer que aun nuestros enemigos hagan la paz con nosotros. ¡Qué el Espíritu Santo nos conceda esto en el nombre de Jesús! Amén.

Oración:

Espíritu Santo, permite que la Paz verdadera nos guíe a tener amor para con el prójimo y a dar Gloria a Tu nombre por medio de Jesús. Amén.

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EL AMOR NOS ENSEÑA EL RESPETO A LOS MAYORES Martes 10 de septiembre 2024

Corona de honra es la vejez, que se halla en el camino de justicia. 

Proverbios 16:31

Un corazón transformado

En los tiempos bíblicos, a los ancianos se les veía como los favorecidos por Dios con larga vida y sabiduría debido a sus años de experiencia. Entre las leyes de los israelitas estaba ésta: «Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor. Yo Jehová» (Levítico 19:32). Tristemente, en nuestros días, la falta de respeto ha ocupado el lugar de la consideración hacia ellos. Pero, en realidad, cuando vemos un tema como este, reconocemos nuestro pecado en contra del cuarto mandamiento porque hemos ofendido a los ancianos haciéndoles daño con burlas, maltratos físicos y sicológicos, y este pecado merece ser castigado en el infierno eterno.

Jesús, no solamente como judío, sino también como nuestro sustituto, cumplió la ley dada en Levítico 19:32 anteponiendo a los ancianos en buena estima. Cuando curó a la suegra de Pedro, como lo leemos en Mateo 8:14-15, «Vino Jesús a casa de Pedro, y vio a la suegra de éste postrada en cama, con fiebre. Y tocó su mano, y la fiebre la dejó; y ella se levantó, y les servía». Fue tanto el afecto de Jesús por esta mujer mayor que, en su amor, le curó. Pero ella, al servirle a Jesús, estaba agradecida al igual que nosotros con nuestro Dios por perdonar nuestro pecado en contra de este mandamiento con su sangre preciosa, como la Escritura dice: «tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación». (Apocalipsis 5:9)

El Espíritu Santo nos reafirma que, con la resurrección de Jesús, sí, fueron vencidos el pecado, el diablo y la muerte, y esta reafirmación de parte de Él produce en nosotros un aprecio para con nuestros ancianos creyentes porque han sobrevivido muchas experiencias en su vida las cuales ya queremos apreciar por gratitud a Dios. ¡Qué el Espíritu Santo nos conceda esto en el nombre de Jesús! Amén.

Oración:

Padre Celestial, gracias por darnos nuestros ancianos y sobre todo creyentes, los cuales usas para enseñarnos a ser fieles a tu Palabra por medio del Espíritu Santo. En el nombre de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, oramos. Amén.

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EL PODER QUE QUITA EL MIEDO | Lunes 9 de Septiembre 2024

No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino.

Lucas 12:32

EL PODER QUE QUITA EL MIEDO

Pensemos en un instante en las cosas que nos producen miedo en este mundo. Enfermedad, desempleo, rechazo, perder hijos, perder la familia. Pero cuando llegamos a tener miedo de las cosas que nos ocurren en este mundo, podríamos hasta perder nuestra alma porque creemos que Dios no puede ayudarnos y solo dependemos de nosotros mismos, que nos lleva a pecar en contra del primer mandamiento el cual nos señala nuestra condena en el infierno eterno como lo enseña Mateo 10:28: «Y no temáis a los que matan el cuerpo, más el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.»

Jesús, que es Dios, conoce bien nuestro corazón y Él, sí, sabe cómo el miedo nos invade, cómo se apropia de nosotros y cómo el enemigo, satanás, se aprovecha de esto para hacernos perder en las profundidades del infierno. Pero, gracias a Dios, el Espíritu Santo nos ayuda a confiar que, por la obra de Cristo, Dios nos ama aun cuando estamos llenos de miedo. Nos dice: «Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.» (Romanos 5:8). Él murió por nosotros en la cruz aun sabiendo nuestra debilidad por el pecado. Él nos aseguró un lugar en el cielo haciéndonos parte del reino de Dios al no tener, Él mismo, miedo a este mundo porque con su vida sin pecado lo venció: «yo he vencido al mundo.» (Juan 16:33)

El Espíritu Santo, con todo su poder, nos da confianza en Cristo nuestro Salvador, y hasta cierto grado quita el miedo a las cosas de este mundo. Seguimos con algo de miedo a causa del Viejo Adán que mora en nosotros. Pero esto ya no nos condena a causa de los méritos de Jesús. El mismo Espíritu Santo nos confirma que tenemos un lugar en el cielo asegurado. Él, además nos da la fuerza para que ayudemos a otros que están llenos de miedo para que puedan entender que el infierno ha sido vencido por Jesús, el cual es nuestro Señor. ¡Qué el Espíritu Santo nos conceda esto en el nombre de Jesús! Amén.

Oración:

Señor gracias por vencer el miedo por mí. Haz que confíe en el Espíritu Santo para tener la seguridad de permanecer en la fe y al final estar en el cielo. Lo pido en el nombre de Jesús. Amén.

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